«Hay que dotar al patrimonio de un relato que atraiga»

A.G.
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Jordi Tresserras, presidente del Comité Nacional del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, será el encargado de la ponencia inaugural de las jornadas 'Lo que el patrimonio puede hacer por mí', que se celebran en Alcaraz y Villapalacios

Jordi Tresserras. - Foto: C.A.

Jordi Tresserras, presidente del Comité Nacional del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos España) y consultor de la Unesco, impartirá este sábado la ponencia inaugural de las jornadas Lo que el patrimonio puede hacer por mí, que se celebran en Alcaraz y Villapalacios. 

En la capilla del antiguo convento de San Francisco de Alcaraz, hablará sobre el patrimonio cultural «como generador de desarrollo local y oportunidad para la comunidad», aportando «una mirada desde la Agenda 2030 y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas».

¿Qué es Icomos y cuáles son sus funciones?

El Consejo Internacional es una organización que se crea en 1965 en torno a la Carta de Venecia, un documento creado para la conservación del patrimonio en una Europa que todavía estaba viviendo las secuelas de la Segunda Guerra Mundial.

Se crea bajo los auspicios de Unesco y se convierte en la organización que asesora a Unesco en temas de patrimonio cultural, tanto para la conservación en un inicio como para la gestión y la valorización después.

España participa desde la creación de Icomos, aunque el Comité Nacional no pudo registrarse hasta 1980, ya que vivíamos en un régimen en el que el tema del asociacionismo es complicado. 

En nuestro caso, tenemos 350 miembros individuales, profesionales de diversos ámbitos, así como institucionales, como el Ministerio de Cultura o comunidades, a los que también asesoramos.

Hablará sobre las oportunidades que el patrimonio puede dar a las comunidades locales, ¿entiende que su participación en la gestión es fundamental?

Así lo recoge el Convenio de Faro, del Consejo de Europa y ahora ratificado por España, un documento muy interesante que pone a la comunidad local como protagonista del desarrollo en relación con el patrimonio. 

Estas jornadas son muy importantes porque son las primeras que se realizan tras la ratificación en las que se pone a la comunidad en ese papel. El título es muy acertado y va en esa misma línea, en hablar sobre el gran patrimonio qué pueden tener zonas de la España con problemas de despoblación y por qué no ha podido activarlo para contribuir a su desarrollo.

¿Cómo articulará esa primera ponencia?

Intentaré darle visibilidad a este tema y generar debate sobre cómo una comunidad, en este caso rural, puede generar desarrollo a partir de su patrimonio. Primero ver si es posible con el patrimonio de que dispone y después qué formas tiene de organizarse para ello y cómo se puede hacer que ese desarrollo sea sostenible, incluyente y pueda generar oportunidades para todos sus miembros.

También se ha de decidir si hay un patrimonio que no se quiere activar. Por ejemplo, el pueblo donde vivo, Tossa de Mar, atrae mucho turismo, pero tiene manifestaciones culturales, como una procesión por San Sebastián, que la gente local no quiere que sea turística y ese es también un derecho de las comunidades.

Utilizaré también la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero explicándolos con un lenguaje y unos ejemplos que la gente pueda aplicar a la realidad.

¿Qué ejemplos de gestión local del patrimonio pueden explicarse a la población de la sierra albacetense?

Para la parte de activación turística, propondremos un decálogo de medidas por si quieren poner en marcha un programa de turismo inclusivo y sostenible.

En cuanto a experiencias concretas, pueden verse casos como el de la apertura de los patios de Córdoba, una iniciativa totalmente comunitaria y gestionada por asociaciones de vecinos, que también se decidió restringir solo a unas semanas, porque si no sería insostenible.

¿Ve viable articular un programa de gestión local en una comarca como la que acoge las jornadas?

Estoy convencido de qué tienen con qué hacerlo, ahora falta que puedan activarlo y también hace falta voluntad política, que aquí hemos visto que la hay.

Es un territorio histórico y una zona importante de tránsito, que cuenta ya no solo con el patrimonio construido, sino con una identidad cultural. El problema es que es uno de esos territorios a los que aún cuesta ubicar en el mapa. Para lograr que la gente lo haga, hace falta dotar al patrimonio de un relato que atraiga y con el que la gente se identifique.

La propuesta de las jornadas especialmente interesante, porque no se trata de un acto puntual, sino que hay gente en la comarca con muchas ganas de desarrollar proyectos sostenibles a lo largo del tiempo.