Todo hace indicar que este será el año en que la música vuelva a tomar las calles siempre que haya una celebración en cualquier punto de la geografía albacetense. Tras dos años en los que la pandemia limitó el desarrollo de su actividad, aunque nunca llegó a frenarla del todo, las escuelas y bandas de música esperan retomar su calendario habitual de eventos, en el que contarán con un refuerzo del apoyo que ya les venía prestando la Diputación de Albacete. 

En ese contexto, aprovechando además la disponibilidad presupuestaria que tenía este año, la institución provincial ha triplicado la dotación de su convocatoria anual de ayudas a ayuntamientos para el mantenimiento de academias de música, que pasa de 100.000 a 300.000 euros. 

Para esa línea de ayudas el plazo de solicitud concluyó la pasada semana, mientras que los técnicos de la Diputación ultiman las bases de una iniciativa novedosa, otra convocatoria dedicada a colaborar en la adquisición de instrumentos musicales, para la que se presupuestaron 230.000 euros.

Con ellas, se pretende mostrar un apoyo decidido a unas agrupaciones a las que el presidente de la entidad provincial, Santiago Cabañero, y el diputado provincial de Cultura, Miguel Zamora, han definido en varias ocasiones «como el principal motor cultural» de nuestros municipios, junto a las universidades populares.

Los representantes del equipo de Gobierno hablan con conocimiento de causa, ya que ambos se formaron como músicos en sus pueblos. Además cuentan con el aval de las cifras de participación que alcanzan las academias y bandas en el territorio albacetense, con un poder de convocatoria que admite pocas comparaciones con otras actividades.  Según detalla el Servicio de Educación y Cultura de la Diputación, la provincia cuenta con 54 bandas de música, que suman unos 2.700 integrantes. De ellos, solo son músicos profesionales los de la Sinfónica Municipal de Albacete, aunque el resto suelen contar con algún integrante que vive de este arte en otros puestos, como intérpretes y docentes.

La amplia mayoría de esas sociedades musicales tienen su cantera en academias, gestionadas por los ayuntamientos o la propia asociación. Estas sumaban más de 5.000 alumnos en diferentes niveles de formación, con unos 270 profesores y alrededor de un millar de actividades culturales de proyección social, eventos que son uno de los motivos de ser principales de estas escuelas, como audiciones y conciertos en los que los jóvenes artistas pueden demostrar lo aprendido, o encuentros con otras bandas en los que se fomenta el intercambio de experiencias.

 En 2021, 51 de esas academias  acudieron a la convocatoria de ayudas de la Diputación, obteniendo una cuantía media de 1.960 euros por escuela, cantidad que sirve para cofinanciar los gastos del profesorado y que se verá notablemente incrementada este año por el ya mencionado aumento de la partida presupuestaria. 

Como muestra de la actividad que desarrollan esos recursos educativos, 37 tomaron parte en los eventos convocadas por el Día de la Música, 27 participan en el programa Alumno Destacado (intérpretes que reciben reconocimientos a su labor en la gala anual que organiza la institución provincial) y 15 estaban inscritas en el encuentro de bandas de academias, que tuvo que ser suspendido por la evolución de la pandemia.

recuperación. Todas esas actividades volverán en próximas fechas, al igual que el momento más esperado por los músicos: interpretar los temas ensayados durante meses ante un público lo más numeroso posible en conciertos propios, celebraciones religiosas o fiestas populares.

Las reforzadas ayudas servirán también para recuperar una moral que nunca llegó a perderse pese a que, por su naturaleza, ensayos y actuaciones fueron unas de las actividades más limitadas en lo peor de la crisis del Covid-19.

Tal y como explica Santiago Cabañero, la música «probablemente sería una de las actividades de más riesgo, por la necesidad de tocar en grupo y sin mascarilla, y aún así había que echarles el freno, porque querían salir a tocar o a animar a la gente que estaba en sus casas». En  esa situación, prosigue el presidente de la Diputación, «las agrupaciones supieron adaptarse y mantener la actividad online. Creo que no habrá ninguna banda que no haya grabado un vídeo, con cada músico tocando en casa y las dificultades que ello conlleva. Todas han hecho un magnífico trabajo y eso es una buena muestra de la implicación de directores, profesores, músicos y alumnos».

Ahora, cuando parece que por fin podrá volverse a algo muy parecido a la antigua normalidad, es el momento de que los pueblos vuelvan a disfrutar de la música en todos sus eventos principales. «Lo vamos a ver ya en Semana Santa, cuando creo que todas las bandas van a estar ya en la calle. Ojalá se puedan lucir, porque es uno de los momentos más bonitos que puede vivir un músico, así como las fiestas de los pueblos, que ya no se entienden sin la participación de una banda», remarca Cabañero.