«En adelante, la poesía será comprometida o no será»

A.D
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El ciclo Más poesía III se cerrará hoy, en la sala de conferencias de Casa de Cultura José Saramago con la intervención, a partir de las 19,30 horas, del escritor y periodista Andrés Gómez-Flores, que valoró para La Tribuna su intervención

Andrés Gómez-Flores. - Foto: Pablo F. Juárez

El ciclo Más poesía III se cerrará hoy, en la sala de conferencias de Casa de Cultura José Saramago con la intervención, a partir de las 19,30 horas, del escritor y periodista Andrés Gómez-Flores, que valoró para La Tribuna de Albacete su intervención, precisamente en una fecha tan especial, el Día Mundial de la Poesía.  

Una intervención que quedó pendiente por la pandemia.

Así es, quedó pendiente de nuevo hace un año por la pandemia. A mí, una de las cosas que me llama la atención es que esta lectura sea el día 21 de marzo, el Día Mundial de la Poesía. Me parece muy interesante, es una satisfacción intervenir justamente esta fecha, con tantos días que tiene al año.  

Intervine en un ciclo que es ya una referencia en la programación literaria albacetense.

En primer lugar, me parece necesario agradecer que en tiempos como estos, ya no sólo malos tiempos para la lírica, también malos tiempos para el ser humano, la poesía permanezca viva, gracias al esfuerzo de un puñado de personas atentas, como el poeta Valentín Carcelén, que sigue adelante, un año tras otro con su espléndido ciclo Más poesía, para mí es un gesto que merece reconocimiento y, que este año haya contado conmigo, bueno, todo el mundo comete un error de vez en cuando…

Con otra circunstancia también muy especial, hace mucho tiempo que no muestra su poesía. 

Bueno, yo no he leído en público, si no me equivoco, desde el año 1974. Aquel fue un recital, cuando yo era muy jovencito, en Librería Delta, la primera interesante que hubo en Albacete, que estaba en Octavio Cuartero. Allí, cuanto yo estaba haciendo la mili, precisamente tenía 18 años, e hice mi debut, mi primera lectura, así que esta será la segunda. 

¿Por qué no ofreció ningún recital desde entonces?

Pues mira, por una razón muy sencilla, a mí hablar en público me resulta difícil. A mí, lo que me resulta fácil es escribir, pero discursear me cuesta trabajo. Como decía el escritor uruguayo Juan Carlos Onetti: yo no quiero ser escritor, lo que quiero es escribir. Eso es lo que me pasa a mí, yo lo que quiero es escribir y solo me siento escritor, mientras escribo, luego hablar en público ya forma un poco parte de la parafernalia y del circo anexo, pero lo importante para mí es escribir, por eso he publicado solamente dos libros, pero tengo como 10 o 12 obras de poesía inéditas, en el cajón, durmiendo el sueño de los felices, pero sin ninguna necesidad ni prisa de que se vean publicados.  Yo soy feliz mientras escribo y cuando termino de escribir, tanto poesía como otros textos, pasan al cajón y sigo con otras cosas. No tengo ningún interés, ni en publicar, ni en hablar en público. 

¿Qué material eligió para este ciclo Más poesía?

He elegido entre 20 y 25 poemas de diferentes épocas, alguno de mi primera juventud, cuando tenía 18 años y ofrecí ese recital en Delta, hasta hoy mismo. Prácticamente la totalidad son inéditos y mi idea, lo que voy a hacer es ir intercalando entre los poemas una serie de apuntes y reflexiones, sobre los propios poemas y sobre las circunstancias en las que se escribieron. Lo que quiero ofrecer,  y así se titula mi lectura, es La idea que yo tengo de la poesía.      

¿Cómo es esa idea?

Mi idea de la poesía es sencilla y honrada, musical, bien construida, como debe ser toda la poesía, sin duda, pero mi idea es que debe tener algo más, prefiero una poesía más social, más comprometida con la realidad y con la vida de las personas y la tierra. El poeta, desde mi punto de vista, no puede permanecer, con la que está cayendo, ajeno a todo esto, no puede seguir mirándose el ombligo, cantando al amor y a las estrellas. En adelante, la poesía será comprometida o no será y habrá que volver a modelos y referencias que ya están casi olvidadas, como Luis Cernuda, Antonio Machado, Blas de Otero y ahora mismo, como Antonio Gamoneda y Jorge Riechmann. En mi opinión se acabaron las florituras, los tiempos de los poetas venecianos, de los estilistas, hay que comprometerse. La situación es terrible, de un mundo desaprensivo, y no lo digo solo por la guerra de Ucrania, ya antes estaba el hambre, la injusticia, las migraciones, el tercer mundo o las muertes en las pateras, y el poeta no puede hoy permanecer ajeno, debe implicarse y eso se debe ver en la poesía. 

¿Muchos cambios en su obra?

Creo que sí. Cuando estaba repasando veo lo que escribía cuando tenía 18 años y me parece interesante, para un joven de esa edad, pero  no tiene nada que ver con lo que hago ahora. He dispuesto la lectura de tal manera que quien la escuche advierta la evolución, de un poema a otro, de una a otra época. Mis poemas estaban inmersos en el momento en que escribía, por lo tanto, de algún modo, puede ser un correlato de lo que ha sido mi vida en todos estos años en relación con la poesía. Los dos últimos están escritos hace solo unos días. Alguien que lee poesía va a tener una visión perfectamente clara de esa evolución. 

¿Por qué publicó solo Espiral deterioro y Blanco del olvido?

El primero es Espiral deterioro, lo que se llama un pecado de juventud, necesitas ver tu libro publicado y lo haces. Hoy para mí, es un libro con el que hay que tener cuidado. Blanco del olvido sí me parece más interesante, un libro más elaborado, era menos joven y tenía las ideas más claras. Una idea más correcta de la poesía. Luego, he seguido escribiendo, naturalmente, porque no sé vivir sin escribir y voy guardando libros, no solo de poesía, de muchas otras materias, pero no tengo en mi ADN esa necesidad imperiosa de acabar un libro y publicarlo. No vengo aquí a hablar de mi libro, como decía, Umbral. Yo termino, me doy por satisfecho, lo repaso, lo reviso, lo guardo en un cajón, lo vuelvo a sacar y, como mucho, le leo algunos poemas a los amigos más cercanos y el libro vuelve a ese cajón, hasta que a alguien se le ocurra proponerme la posibilidad de publicarlos. No es que sea antipublicación y en el caso en que a algún editor le interesara alguna de mis obras, no tendríamos nada más que ponernos a hablar, no hay problemas.