Según datos de la Encuesta Nacional de Salud la incidencia de la obesidad, de la que hoy se conmemora su Día Mundial, se ha duplicado en los últimos años, calculándose que un 17% de los españoles tienen obesidad. Una cifra que se prevé que continuará creciendo en los próximos años.

La doctora Elena Parreño, especialista en Endocrinología y Nutrición del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, aseguró que en base a los datos más recientes que existen sobre obesidad de la Encuesta Europea de Salud de 2020 establecía una prevalencia de exceso de peso en población adulta en Castilla-La Mancha del 56%, y en concreto la prevalencia de obesidad era del 14%, datos superiores a la media nacional del 53%.

No obstante, la especialista en Endocrinología afirmó que en los últimos años la prevalencia de exceso de peso en España ha pasado de un 40% en el año 1987 a un 54% en 2017, y la tasa de obesidad pasó de un ocho por ciento a un 17%. Extrapolándolo a la provincia de Albacete, son más de 60.000 los albacetenses con obesidad.

Desde el Servicio de Endocrinología y Nutrición del CHUA afirman que ahora mismo no es posible conocer la incidencia actual de la obesidad en la geografía provincial, es decir, las personas que han pasado a ser obesas en el último año, «pero se espera que uno de cada cuatro adultos vivirá con obesidad en el 2035, y a nivel mundial la cifra alcanzaría el 1,9 millones de obesos en esa misma fecha», agregó la especialista en Endocrinología y Nutrición.

En opinión de la doctora Elena Parreño, «prevenir la obesidad es sencillo de decir, pero complejo de llevar a cabo», porque insistió en que el pilar básico para tratar esta enfermedad es el mismo: además de llevar una alimentación saludable y la práctica de ejercicio físico continuado, es necesario realizar una intervención psicológico-conductual para que sea eficaz en el tiempo, es decir, establecer una serie de técnicas o habilidades para modificar esos patrones de sedentarismo y de la dieta.

En los últimos 10 años la cifra de pacientes atendidos en primera consulta en el Servicio de Endocrinología y Nutrición del Complejo Hospitalario de Albacete, que presentaba niveles de obesidad más grave, es decir, con un índice de masa corporal superior a 40 kilogramos por metro cuadrado, lo que se conoce como obesidad mórbida, o con patologías asociadas de difícil control rondaba la cifra de los 1.300.

Muchos de estos enfermos son candidatos a ser derivados para someterse a una cirugía bariátrica, decisión médica, que como aclaró la doctora Elena Parreño, no se decide por parte de los especialistas en la primera consulta, sino que requiere de una evaluación mayor, «porque la cirugía bariátrica es una medida que utilizamos en casos excepcionales de obesidad, pero siempre que fallan el resto de medidas terapéuticas».

No obstante, la doctora Parreño no se aventuró a dar una cifra exacta del número de estos enfermos con obesidad mórbida que anualmente se propone para una cirugía bariátrica, intervención que llevan a cabo los facultativos del Servicio de Cirugía General y Digestivo, pero sí indicó que le perfil de los que pasan por el quirófano para este tipo de intervención suelen tener un índice de masa corporal superior a 40 kilogramos por metro cuadrado o otros con IMC por encima de 35 pero que presentan comorbilidades como diabetes, hipertensión  y apnea del sueño, etc.

Está claro que la cirugía es el último escalón para intentar atajar casos graves de obesidad cuando ya se han agotado otras alternativas terapéuticas «ya que actualmente por suerte empezamos a disponer de medicaciones que junto con el resto de medidas tradicionales para perder peso pueden ayudar a reducir el exceso de kilos, para conseguir un peso saludable».

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