El debate del estado de la región no lo fue. Se trató de monólogos extensísimos e infumables en los que unos y otros presumieron de lo que carecen y criticaron lo mismo de lo que adolecen. La historia de siempre, vaya. Todo empezó con un Page envalentonado que, al más puro estilo Fidel Castro, se tiró cinco horas para decir lo que podría haberlo hecho en un cuarto de hora bien aprovechado. Muchas promesas de todo tipo y ni un ápice de autocrítica. Electoralismo populista llevado al extremo en un momento en el que algunas encuestas, al parecer de las fetén, le dan puerta en las próximas elecciones. Pero eso no fue lo que le llevó a apretar el acelerador con afán de recuperar voto perdido. A Page eso se la trae al pairo. Él se conforma, no siendo poco, con que Sánchez salga, en los próximos comicios, de La Moncloa. Sería la única forma de que su aspiración, de postularse para ser presidente del Gobierno, pudiera ser real. Aunque sabe que no será lo mismo optar liderazgo nacional del PSOE saliendo como barón, que desde la oposición. Lo que sí parece claro es que Núñez, a pesar de sí mismo, está subiendo como la espuma de birra mal tirada. Más por deméritos ajenos que por otras cosas. Es hasta posible que, gracias a Vox, pudiera optar al sillón que ahora ocupa Page. En Albacete parece que el PP superaría en intención de voto al PSOE respecto a las próximas elecciones autonómicas. Por estos lares, a Page no se le perdona su indignante comportamiento durante la pandemia. En «su Toledo» parece que también le pintan bastos. En ese caso, quedaría ver de qué forma afectaría esto al resultado de las municipales. En todo caso serán de nuevo los pactos los que quiten y den varas de mando. Todo apunta a que el bipartidismo PPSOE regresa con fuerza. Ciudadanos desparece y Podemos agoniza. Cierto es que necesitamos nuevas fuerzas políticas que doten de diversidad y pluralidad a la escena local, autonómica y nacional. Pero, por favor, que se cimenten, precisamente, en esos valores de servicio público que jamás conocieron desde la formación naranja. Algún día seremos conscientes del tremendo daño que algunos de estos indocumentados han causado en todas aquellas instituciones en las que han tenido representación. Seguro.