Piden más de 22 años de cárcel para un acusado de violación

Josechu Guillamón
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Según la Fiscalía, la denunciante tenía 15 años de edad en el momento en el que ocurrieron las agresiones sexuales, época en la que era también maltratada y vejada por el procesado, que era su pareja sentimental

Imagen de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. - Foto: Rubén Serrallé

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial juzgará hoy a un joven que se enfrenta a 22 años y nueve meses de prisión y a 25 días de localización permanente por maltratar, injuriar, amenazar y violar a su novia menor de edad. 

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, el procesado, J.A.M.P., que en la actualidad tiene 26 años y al que consta una condena por un delito de amenazas en el ámbito familiar, mantuvo aproximadamente desde finales de junio de 2018, hasta el 13 de noviembre de 2018, una relación sentimental con una menor de edad, ya que en aquel momento tenía 15 años, la cual en la fecha de los hechos se hallaba tutelada por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, teniendo su residencia en un piso tutelado, situado en Albacete, a pesar de lo cual, durante la relación existió convivencia, toda vez que la menor tan solo acudía al centro referido para ducharse y comer, permaneciendo el resto del tiempo en compañía del procesado, fundamentalmente en una casa de campo que el mismo utilizaba en Albacete.

Problemas. Durante los dos primeros meses de la relación sentimental no hubo problemas, sin embargo, a partir de entonces el acusado comenzó a someter a la menor a un clima continuado de desprecios, degradaciones y ofensas, siendo habitual que se dirigiera a ella diciéndole: «eres una guarra, que te vas con cualquiera, eran una chupapollas y una comebolas y gilipollas», así como también, a partir de ese momento, el procesado comenzó a mostrarse como una persona celosa y controladora, a la que no dejaba ir con nadie, por lo que se limitaba a estar en su compañía o en el piso tutelado. A partir del tercer mes de relación empezaron los episodios de violencia física, durante las frecuentes discusiones que mantenían o cuando él se ponía celoso, generalmente en la casa referida, a veces en presencia de un menor.

Después de cada agresión, el acusado pedía perdón y le decía que era su vida, que la quería mucho y que no lo iba a volver a hacer. Además el acusado la amenazaba frecuentemente con expresiones como: «te voy a matar», también en presencia del menor antes citado. 

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