Una caravana de la ONG Bomberos sin Fronteras partió, la semana pasada, hacia la frontera de Polonia con Ucrania, formada por bomberos de la provincia de Albacete y de Cuenca, así como por otros ciudadanos que a título particular no quisieron perder la oportunidad de ayudar en este conflicto bélico. Se desplazaron varios vehículos con alimentos no perecederos y productos de farmacia y medicamentos, adquiridos con las donaciones que se realizaron desde varias localidades y con la colaboración de empresas y de la Diputación de Cuenca. Entre ellos, seis furgonetas de nueve plazas que regresaron a España con 42 refugiados de 10 familias.
Así lo manifestó Damián Soriano, responsable de Intervención en Catástrofes de la ONG Bomberos sin Fronteras que trabaja en la Diputación de Cuenca, resaltando que «después de muchos problemas» se cumplieron los objetivos que se marcaron en la salida. Explicó que su intención era disponer de una lista de exiliados reclamados por familiares en España, pero a lo largo del viaje no se pudo hacer como estaba previsto, tuvieron que improvisar y, a través de una organización que trabajaba en la frontera y los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Villamalea pudieron desplazar a más de 40 refugiados. Villamalea extendió sus redes de contacto para gestionar y asegurar que todos los refugiados desplazados finalmente tengan «una estancia, manutención y posibilidad de integración asegurada», indicó Soriano.
Desde el Ayuntamiento de la localidad albacetense contactaron con la Delegación Provincial de Bienestar Social, y tras la vuelta, la ONG tiene previsto reunirse con los servicios sociales para establecer las pautas de trabajo futuras.

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