En un contexto de grave crisis para el turismo español, a consecuencia de la pandemia, el pujante sector de los alojamientos rurales está aguantado el tipo, al menos en la provincia de Albacete. Así lo acreditan los datos de la última encuesta de ocupación en alojamientos turísticos extrahoteleros del Instituto Nacional de Estadística (INE), que indica que el descenso de pernoctaciones en los establecimientos rurales albacetenses durante el mes de septiembre fue de apenas del 4,6% con respecto al mismo periodo de 2019, mientras que la caída de estancias en hoteles había superado el 55%.

Las pernoctaciones totales en esos 30 días fueron 12.527 (con 153 de residentes en el extranjero), 606 menos que un año antes. Pese al mencionado descenso, supone el segundo mejor dato de la década para la provincia, muy por encima de las cifras de otros años anteriores y confirmando la tendencia al alza que se vio frenada por el cierre obligado durante el anterior estado de alarma.

La caída fue mayor en el número de viajeros, de casi un 20%, ya que fueron 4.552 los visitantes alejados, 1.130 menos que en septiembre de 2019. Sin embargo, los turistas permanecieron en la provincia durante más tiempo, con lo que la estancia media subió hasta 2,75 días por 2,31 en la estadística del año anterior.

Además, cabe resaltar que los descensos fueron más atenuados en Albacete que en el total de Castilla-La Mancha (caída del 20,6%) y España (37,6%, con un a disminución del 8,9% para las estancias de residentes y del 86,2% para las de no residentes).