Editorial

La nueva subida salarial de los funcionarios y el populismo político

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Entre las baterías de propuestas realizadas en la última semana por el Gobierno dePedro Sánchez, figura el aumento salarial para los funcionarios de las distintas administraciones públicas. En concreto, para este sector de trabajadores, el año en curso, el 2022, cerraría el ejercicio con un incremento del 3,5 por ciento, y el siguiente, otro 2,5 por ciento, que podría aumentarse en 0,5 por ciento si la subida retributiva se hubiera quedado por debajo del IPCarmonizado y otro medio punto más, si se alcanza un determinado incremento del PIBnominal. Para 2024, el Ejecutivo plantea otro dos por ciento más salarial, con otra cláusula del 0,5 por ciento condicionado a que el aumento retributivo de los tres años se situase por debajo del IPCacumulado en ese período. En definitiva, que en tres años, los funcionarios pueden ver suplementada su nómina en un 9,8 por ciento.

Esta medidas no son baladíes, ya que, solamente en la provincia de Albacete benefician a 27.000 funcionarios que, si bien pudieran parecer muchos, son 350 trabajadores menos que los que había en activo hace cinco años. Eso sí, en los últimos 12 meses se registró un incremento del dos por ciento.

En la última semana, el Gobierno central comenzó sus preparativos de cara al año electoral que comienza en breve -si no comenzó ya- y que tiene dos hitos muy importantes: en mayo las elecciones municipales y autonómicas y en diciembre, las Elecciones Generales. Pedro Sánchez es conocedor de que los vientos tornaron en su contra e intenta capear el temporal a través de bandazos a la nave, que se encuentra en una situación cuanto menos delicada y abocada a zozobrar si se cumplen los augurios de los vigías demoscópicos. Estos atisban en el horizonte nubarrones más oscuros para el presidente Pedro Sánchez, pero el periplo no ve todavía tierra firme donde poder guarecerse.

La situación nacional e internacional, sobre todo económica, se complica por momentos y el populismo se adueñó de la política. Las medidas anunciadas traen consigo otra batería de subidas de impuestos, con lo que, al final, serán los ciudadanos, incluidos los funcionarios beneficiados por la subida salarial, los paganos de las dádivas estatales. Pero existe un agravante, y es que el Gobierno también tiene la intención de desbloquear el límite de horas trabajadas a la semana, por lo que se podrían reducir de las 35 vigentes en la actualidad.

En definitiva, Pedro Sánchez intenta no zozobrar en unas aguas turbulentas en las que se vio atrapado y, con todo en contra, intenta sobrevivir, no sabemos si encerrado en el camarote de capitán, mientras lee algún manual para encontrar una salida.