El Albacete volvió a ser víctima de los minutos finales. Con el marcador a favor y con el rival en inferioridad, dejó al Andorra comerle la tostada y perdió dos puntos en un partido marcado por la tromba de agua que cayó sobre el Carlos Belmonte.

Los manchegos fueron mejores durante la mayor parte del encuentro y el Andorra se quedó con uno menos en el minuto 28 por la expulsión de Carlos Martínez. Bien pudo irse al descanso con ventaja el equipo de Albés, pero fue poco después de empezar la segunda mitad cuando Maikel Mesa, de penalti, puso el marcador a favor.

Las prisas, los nervios y no saber jugar con el marcador a favor fueron minando poco a poco la moral de un Albacete que acabó encerrado en su área frente a un Andorra que sacó petróleo del balón parado, con un penalti en el tiempo añadido que Bakis transformó en gol para dejar helados a los ya mojados seguidores del conjunto manchego. Un empate que duele más que las dos últimas derrotas, porque el equipo no supo manejar el partido cuanto lo tuvo todo a favor.

Rubén Albés sorprendió en cierta medida con la alineación, ya que en lugar de meter otro centrocampista de similares características en el puesto de Riki, lo que hizo fue retrasar a Maikel Mesa, meter en la banda derecha a Rubén Martínez y jugar con dos hombres arriba, Dubasín y Juanma.

El encuentro estuvo condicionado de inicio con la tremenda tromba de agua que media hora antes de comenzar el choque comenzó a caer sobre Albacete y que seguía cuando el colegiado decretó el inicio del choque.

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