Pedro J. García

Pedro J. García


Una vela

11/03/2022

La invasión de Rusia a Ucrania se prolonga ya durante dos semanas y los ataques de las tropas rusas siguen, de forma indiscriminada, mientras una parte de los ucranianos huye del terror y el resto aguanta de forma estoica los ataques. El presidente de Ucrania, Zelenski, no para de pedir ayuda a la Unión Europea y de alertar de las graves consecuencias que este conflicto tendrá para el viejo continente.
La sociedad europea responde con lo que tiene, que es su solidaridad, mientras que los dirigentes europeos lo hacen con sanciones económicas al país de un líder ruso al que parece que eso poco le importa, al igual que la repercusión que pueda tener para sus ciudadanos, porque su idea imperial está por encima de todo eso. España no sólo aporta la solidaridad de sus ciudadanos, sino también un cráneo privilegiado, Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, quien pidió a los ciudadanos europeos que «bajen la calefacción de sus casas» como medida para castigar a Putin.
Para eso vale un sueldo de más de 300.000 euros al año, para dar soluciones tan acertadas, sin pensar que, por no salir de nuestro país, mucha gente ya baja la calefacción porque no tiene dinero para pagarla y otras muchas familias no tienen ni para encenderla.
Zelenski clama en un desierto político y los líderes europeos no cesan de avergonzarnos. Yo, por el momento, encenderé una vela, no por consumir menos electricidad y fastidiar a Putin, sino para ver si alumbra a seres tan inteligentes y resolutivos como Borrell. ¡Menuda tropa!