El número de sacerdotes cayó un 31% en dos décadas

Josechu Guillamón
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La causa del descenso en el número de curas se debe a la falta de vocaciones y al envejecimiento de los existentes, cuya media de edad alcanza ya los 65 años

El párroco de Letur se prepara para oficiar la Eucaristía en su parroquia. - Foto: Rubén Serrallé

En la provincia de Albacete residen y ejercen su ministerio un total de 135 sacerdotes, contando a los incardinados en la Diócesis; es decir los ordenados al servicio de la misma, que son 100, y los que prestan su servicio en la Diócesis de Albacete, perteneciendo a otra Diócesis o institución de la Iglesia, como los religiosos.

Si nos referimos sólo a los 100 curas ordenados al servicio de la Diócesis, podemos decir, que su número ha descendido un 31,5% en los últimos 20 años, según los datos facilitados a La Tribuna de Albacete por el Obispado.

En este sentido, hay que señalar que si en la actualidad hay 100 sacerdotes ordenados al servicio de la Diócesis, hace dos décadas eran 146.

Si comparamos las cifras con las de hace 10 años, la bajada es algo menor, concretamente del 20,63%, puesto que hace una década había 126 sacerdotes incardinados en la provincia de Albacete.

El progresivo descenso en el número de sacerdotes se debe a la falta de vocaciones, como señala el canciller del Obispado, Antonio Abellán Navarro. «La causa principal es, lógicamente, el descenso de vocaciones. Son menos los que se ordenan que los que fallecen. También ha habido algunos que han marchado a tierras de misión o a otros ministerios al servicio de la Iglesia».

Una falta de vocaciones que, según Abellán, se debe a la pérdida de valores. «Pienso que el descenso de vocaciones principalmente se debe al avance del secularismo y a la pérdida de valores cristianos de la sociedad, pues donde estos valores se conservan las vocaciones incluso crecen. Vivimos en una cultura que no propicia el compromiso, al menos el compromiso permanente o duradero, lo que no facilita hacer una opción de vida, especialmente una opción de vida que a uno le comprometa, sacándole de sí mismo para darse a los demás. El individualismo que propicia esta sociedad no facilita precisamente el poder hacer una opción de vida de este tipo. Pero lo mismo ocurre en otros ámbitos de la sociedad, como el matrimonio, que también atraviesa una crisis vocacional, podríamos decir, y en otras instituciones a las que les cuesta atraer a nuevas generaciones».

En cualquier caso, el canciller del Obispado no pierde la esperanza de que resurjan de nuevo las vocaciones y que haya jóvenes que decidan ordenarse sacerdotes. «Se constata un resurgir de la vida cristiana entre jóvenes que acuden a nuevos movimientos u otro tipo de asociacionismo religioso, lo que, aunque sea un número reducido, es una semilla de esperanza.  

En la capital. Si hablamos sólo de la capital, hay que decir que en la ciudad hay 65 sacerdotes, aunque entre ellos se encuentran los sacerdotes mayores jubilados que son unos 25. Por eso, podemos decir que, en total, hay unos 40 sacerdotes en activo que ejercen su ministerio en parroquias, centros hospitalarios, residencias de ancianos, cementerio municipal, Centro Penitenciario de la Torrecica o Fuerzas Armadas. Hay que recordar que prácticamente la mitad de la población de la provincia vive en la ciudad de Albacete.

Si nos referimos a la edad media de los sacerdotes incardinados en  la Diócesis de Albacete que residen en ella, hay que decir que es de 65 años. Sin embargo, la edad media de los que han venido para ejercer su ministerio durante un tiempo en nuestra Diócesis es de 44 años, lo que es normal, pues no vienen sacerdotes jubilados. Los menores de 40 años en Albacete no son muchos, puesto que solamente hay 12 sacerdotes.

Dada la falta de vocaciones y la elevada edad media de los sacerdotes,  no es de extrañar que haya curas venidos de otros países, exactamente en la Diócesis de Albacete hay 19 sacerdotes de fuera, la mayoría de Colombia, aunque también hay de Burkina Fasso, Costa de Marfil, Irak y de alguna otra diócesis de España.

Además la provincia de Albacete cuenta con 15 diáconos, que pueden ejercer muchas de las funciones de los sacerdotes, excepto consagrar o absolver los pecados. Exactamente un diácono puede bendecir, bautizar, casar, dar la comunión, llevar el viático a los moribundos, presidir la celebración de la palabra o los funerales y ceremonias de sepultura.

En la Diócesis de Albacete hay 194 parroquias, de las cuales 20 están en la ciudad de Albacete, esto hace que sea imposible que haya un sacerdote por cada parroquia, como señala el padre Abellán. «Lo más común es que cada cura tenga varios ministerios encomendados, de manera que nada quede sin la atención de un sacerdote».

En este sentido, el canciller del Obispado afirma que no es lo mismo ser párroco de una parroquia de una población grande, que de una población pequeña. En cualquier caso, todas tienen su sacerdote. «La provincia de Albacete es muy variada en cuanto a población. Hay municipios con un número considerable de población y por otro lado, especialmente en la sierra, existen municipios muy pequeños, y grupos poblacionales muy exiguos también de población. Pero ninguno de ellos carece de la atención de un sacerdote. No se ha cerrado ninguna parroquia en Albacete. Lo que si ocurre es que un sacerdote atiende varias parroquias. Cada núcleo poblacional tiene una parroquia al menos o una capilla dependiente de otra parroquia».

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