«Buena mar tiene cuota de periodismo y envoltura de novela»

A.D.
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Librería Popular, calle Octavio Cuartero, acoge hoy, a las 19 horas, la presentación de Buena mar, el debut narrativo de Antonio Lucas, que estará acompañado en este acto por Matías Clemente.

Antonio Lucas, escritor. - Foto: José Aymá

Librería Popular, calle Octavio Cuartero, acoge hoy, a las 19 horas, la presentación de Buena mar, el debut narrativo de Antonio Lucas, que estará acompañado en este acto por Matías Clemente. El periodista y autor comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de la novela. 

¿Un poeta metido a novelista?

Bueno, un poeta que tantea la novela, más que metido a novelista. Además, lo pedía la propia historia, porque esta aventura que se cuenta en Buena mar, no  es posible encajarla en poesía, es una experiencia que requería del relato largo, de la demora a la hora de contar y de la precisión de los detalles, descripciones minuciosas y de algo muy arterial, que no tiene el reportaje, la poseía sí lo tiene, pero de otro modo, que solo era posible articularlo como novela. 

¿Podríamos considerar que nos encontramos ante una novela muy periodística?

Buena mar tiene su cuota de periodismo, su envoltura completa de novela y sus ráfagas de poesía, es una novela muy híbrida, que participa de todos los registros en los que estoy implicado, el periodismo, la poesía, y como estreno, la narración, que de algún modo ya está hecha, pues llevo 25 años escribiendo en El Mundo muchos reportajes muy largos y, digamos, que hay un pulso de contar que ya, más o menos, aunque solo sea por la persistencia en el tiempo, tengo adquirido. Así que es una novela que tiene los registros en los que yo me muevo. 

¿Sorprendido del éxito de este primer acercamiento a la novela? 

Sí, lo estoy, creo que es por generosidad de compañeros y lectores. No esperaba que una novela como Buena mar, que está muy fuera de modas literarias, tuviera este éxito. Es la historia de 11 marineros de altura, en un caladero tan peligroso como Gran Sol, que no está muy en la moda de los temas que más abundan, por eso sí ha sido una sorpresa gratísima saber que a todos, al fin y al cabo, nos importa, nos gusta y nos interesa el mar, creo que es una de las claves de Buena mar. A todos nos implica de algún modo el océano, las aventuras marítimas, toda la épica y el enigma que recorre la idea del mar. Como el mar, al fin y al cabo, es una experiencia individual, creo que en una novela como esta, uno vive y surca su idea del mar, uno de los motivos que, probablemente, hace que la gente se acerque al libro. 

¿Una novela épica?

Más que épica, una novela con una aventura fuerte. Épica, probablemente es la aventura de ellos, en aquel mar, y es uno de los destellos o reflejos que tiene el libro, pero es curioso, más que una novela épica es íntima. En un espacio tan terrible como el del Atlántico Norte, entre los paralelos 48 y 60, que es donde está el caladero de Gran Sol, lo normal sería que uno se enfrentase a esa aventura desde un registro muy épico, pero lo que a mí me dio esa expedición, ese barco y esa gente, fue algo muy inesperado, toda una aventura de intimidad. Al fin y al cabo, el libro tiene dos historias, la física, de cómo alguien ajeno al mundo de los marineros, de la pesca de altura, convive con ellos, con tanto asombro y terror como yo conviví allí y, por otro lado, la historia de un hombre que muda la piel en un barco. Hay algo que sucede en él, que traía ya de su vida en tierra y que, de repente, allí se replantea, dentro de ese barco, en ese océano inabarcable, que le propone mudar la piel.  

Un territorio muy masculino.

Claro, el mar sigue siendo un territorio muy masculino, esa es la verdad, hay muy pocas mujeres que hayan podido tener acceso a estos barcos y a estas aventuras, por desgracia, porque creo que estaría mucho más enriquecida nuestra mirada del mar si la mujer hubiese participado o se le hubiese permitido participar más activamente de las cosas que los hombres han tenido la oportunidad de hacer, como surcar océanos.  

¿Pesa en esa trama la historia del narrador?

La historia que más pesa es la de estos hombres, más que la del narrador, que se llama Mauro y que soy yo y no, a la vez, pero la historia que pesa es la de esos hombres, los invisibles del mar, gente que surca unas aguas, que en el fondo tienen buena parte de su memoria emocional. Ahí han naufragado los padres de alguno de ellos, los hermanos, los tíos, los amigos. Además las aguas del Gran Sol son muy rencorosas, humillan, generan una relación muy violenta con los hombres. Uno aprende estando allí que el mar es el único espacio no habitable del planeta y estos hombres trabajan contra la resistencia que opone el mar, esa es la parte épica, eso es lo fuerte de esta novela, la vida de estos seres que están muy desconectados de tierra, que han perdido nuestros protocolos y pasan 300 días al año embarcados, en el peor de los mares posibles. Sin embargo, a la vez, te hacen entender que, a veces, en la gente más extrema se aloja el quilate más puro de lo humano. 

¿Hay que viajar muy lejos para llegar a conocerse?

No. De Hellín a Tobarra te conoces de maravilla, no hace falta irse demasiado lejos. La distancia puede acompañar la aventura de un autodescubrimiento, pero no hacen falta grandes distancias para conocerse uno mismo. No hay distancia mayor que la de mirarse en un espejo y todo el abismo que ahí se presenta, y el espejo suele estar a unos pasos de tu cama. Es verdad que la distancia sí permite que uno suelte algunos lastres, pero creo que nunca es la solución a casi ningún problema, al revés, la distancia si uno se descuida, ensancha los problemas y los inconvenientes de los que ibas huyendo. 

¿Hay tiempo para otra novela o cambiará a poesía?

Me parece que en próximos meses voy a volver a casa, que es la poesía, porque llevo dos años alejado de los poemas, trabajando en esta novela y me apetece volver. Al fin y al cabo, la poesía es el lugar donde más tiempo he pasado, he seguido leyendo poesía todos los días, pero me apetece, volver  a sentarme con los papeles que dejé manchados, con las anotaciones que tengo, porque tengo ganas de contarme de otro modo, que es la poesía, porque conozco bien ese registro y es donde mejor creo que me expreso.