Editorial

Las personas y los objetivos comunes

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La historia de un territorio la escriben quienes lo habitan, las personas. El balance del año también se puede hacer en nombres propios y por eso traemos a esta edición tan señalada a los 22 del 22. La añada la califican ustedes, nosotros nos limitamos a seleccionar a burgaleses que han protagonizado distintos espacios de la actualidad, que han sido noticia o que han alcanzado metas relevantes en sus respectivos ámbitos de actuación. Lo hacemos con la intención de poner el acento en eso, en las personas. En las que se suben a lo público, en las que crean, cuidan o apoyan. En las que representan, defienden o lideran. Son, en definitiva, el espejo de lo que somos todos los demás.

El año que va tocando su fin ha sido particularmente afilado. Las tensiones geopolíticas internacionales han determinado ampliamente la evolución de nuestro país y sus ciudades. La guerra condiciona el entramado económico e impacta sobre todo lo demás, tensando un espacio público que venía lastrado desde lejos por la fractura política. El empeño de que esa sima que se abre entre distintas sensibilidades se traslade a la sociedad no puede triunfar, de ahí que sea necesario recordar, una vez más, que esto va de personas, de ser sociedad y de arrimar hombros.

Burgos es un territorio privilegiado. Por muchos motivos. Atesora un encofrado económico que garantiza mucho empleo de buena calidad, lo que redunda en una de las rentas disponibles más altas del país. Nada ni nadie puede borrar su condición de encrucijada entre el Sur y el Norte, entre Portugal y Francia o entre Europa y África. Su potencial es inagotable y es cuestión de voluntad que se exprima en beneficio del progreso de sus gentes, pero hay que lucharlo. Por eso, aquellos que son referencia para muchos otros deben asumir su responsabilidad y ejercerla con el ánimo de ponerla a disposición de sus vecinos. Confrontar, discrepar y proponer alternativas es tan legítimo como necesario, pero siempre que el fin último sea el bien común.

También un periódico que se debe a sus gentes debe poner a las personas en el centro de su labor, trasladando así el foco hacia lo que es verdaderamente importante. El liderazgo que ejercen estas 22 personas, que son un botón de muchas otras que bien podrían estar en las mismas páginas, merece una atención que después queda a juicio del lector. Nadie debería ser indolente a cuanto sucede en su entorno más inmediato, que es el lugar en el que sucede la mayor parte de su vida. Bajo esos compromisos, el de relatar lo que acontece y condiciona nuestras vidas y el de seguir poniendo nombre y rostro a la información que cada día amplificamos, les felicitamos, sinceramente, estas fiestas.