Cuando la historia se pintaba en rojo

Agencias
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Unos trabajos de desbroce afloran un conjunto de trazos rojizos en las cuevas de Monte Castillo que podrían datar del hombre del Paleolítico

Cuando la historia se pintaba en rojo

Los grandes enigmas que tratan de descubrir cómo vivían nuestros antepasados de la Prehistoria, del Paleolítico y de otras épocas pasadas mantienen a investigadores y arqueólogos cautivados siempre en busca de restos y huellas con los que poder conocer aspectos fundamentales de su existencia.

En este contexto, el Gobierno de Cantabria ha sacado a la luz cómo unos casuales trabajos de desbroce y de construcción de un camino han descubierto dos nuevas cuevas en el Monte Castillo, en Puente Viesgo, en las que se han hallado vestigios de pinturas prehistóricas y han aflorado huellas de existencia de vida humana en el lugar.

Se trata de una investigación de las cuevas de Cotarío I y II, localizadas en mayo, en las que se han encontrado líneas, puntos, discos y manchas de pintura roja que podrían datar del Paleolítico antiguo.

Estos trabajos se enmarcan dentro del proyecto de las llamadas pinturas rojas a cargo del Ejecutivo cántabro en una veintena de cavidades en las que no estaba documentado arte paleolítico.

En nueve de ellas, se han encontrado pinturas, según explicó ayer el vicepresidente y consejero de Cultura, Pablo Zuloaga, acompañado por el director del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (Mupac), Roberto Ontañón.

Se sabe que las dos grutas situadas en una ladera de 45 grados de pendiente en el Monte Castillo y que todavía están en fase de documentación tienen pinturas que serían previas al Magdaleniense.

En Cotarío I, una cavidad «muy bien conservada» con una entrada «angosta», se encuentra una mancha de pintura que todavía no se puede confirmar que sea de arte rupestre, aunque se cree que sí hubo personas en su interior debido a que se han encontrado huesos muy fragmentados de animales, que es como solían dejarlos los humanos.

La posibilidad de que haya un yacimiento arqueológico se confirmará cuando se tengan los resultados del sondeo que se realizará en septiembre de la mano del investigador José Manuel Maíllo.

Cotarío II, con una entrada mucho más reducida y que está a unos 30 metros de la otra gruta, tiene unos 70 metros cuadrados y alberga varios paneles con «aplicación intencional de pigmentos».

Ontañón ha preferido «no hablar de arte» aún porque, de momento, solo se han detectado trazos, discos, puntos o manchas.

Uno de los paneles tiene líneas yuxtapuestas, rojas como los puntos de otro panel que podrían haberse hecho en algún caso por el método de la sopladura, y un tercero con una gran mancha con tonalidades rojas y violetas.

Todo ello, apunta a que se trata de una época «arcaica» del hombre del Paleolítico. Zuloaga agregó que en estas cavidades que se han vuelto a investigar ahora ya se había entrado a analizarlas en dos ocasiones en los últimos 70 años, y no se tenía constancia de estas pinturas. Los arqueólogos esperan tener algunos resultados de los estudios sobre «final de año», según zanjó el director del Mupac.