Un total de 197 conductores de la provincia perdieron su carné durante el pasado año, según los datos facilitados a La Tribuna de Albacete, por la Fiscalía Provincial.

De los 197 conductores que se quedaron sin carné, 22 perdieron el permiso por resolución judicial, 138 fueron por pérdida total de los puntos asignados y 37 por perdida de vigencia o por pérdida de aptitudes psicofísicas de los conductores.

Esta perdida de puntos implica que muchas personas tuvieron que volver a sacarse el carné de conducir y que otros muchos tuvieron que realizar cursos para recuperar los puntos perdidos.

En concreto, 23 personas tuvieron que sacarse el carné de nuevo para volver a conducir, algo que ocurre, como recuerda la fiscal delegada en Seguridad Vial, Silvia Ballesteros, cuando un individuo es «condenado a más de dos años de suspensión del permiso de conducir».

Sin embargo, la mayor parte de conductores pierden el permiso por la pérdida total de puntos, con lo que tienen que realizar cursos para recuperar esos puntos. En concreto, en el año 2021, según los datos de la Jefatura Provincial de Tráfico se hicieron un total de 59 cursos para la recuperación total del permiso de conducir, por pérdida total del saldo de puntos asignados, unos cursos a los que asistieron 355 personas.

Además también se efectuaron 95 cursos para la recuperación parcial del saldo de puntos, con un total de 389 asistentes.

La fiscal delegada en Seguridad Vial recuerda que actualmente la normativa es más dura. «Ahora con la nueva normativa de pérdida de puntos, que se ha endurecido, en caso de usar el móvil al volante, porque es una distracción causante de accidentes, se ha aumentado la pérdida de puntos».

Los juicios. Según refleja la Memoria de la Fiscalía Provincial, durante el pasado año se efectuaron en los juzgados de la provincia de Albacete 591 juicios orales y juicios rápidos por delitos contra la seguridad vial. Esto supone que se ha producido un aumento del 51,9% con respecto al año 2020, cuando se contabilizaron 389 juicios de estas características.

Un aumento que Silvia Ballesteros atribuye más a la superación de la pandemia que a un aumento de los delitos relacionados con el tráfico. «Entiendo que este aumento se debe en gran medida a la superación de las restricciones de movilidad impuestas por las sucesivas prórrogas del estado de alarma. En el año 2020 estuvo todo muy parado y también hubo menos infracciones y menos delitos contra la seguridad vial, porque había menos movilidad y en 2021 ha habido un repunte, tanto de delitos, como de juicios».

Cabe destacar que de los 591 juicios que se realizaron en 2021, 585 fueron con sentencia condenatoria y sólo hubo seis absolutorias, esto implica que el 98,98% de los juicios por delitos contra la seguridad vial terminaron con sentencia condenatoria, siendo absolutorias sólo el 1,01% de las mismas.

Ballesteros señala que la mayor parte de las sentencias son de culpabilidad porque la prueba suele ser clara. «Hay tantas sentencias condenatorias porque estos delitos, generalmente, son muy fáciles de probar, porque hay unos atestados muy bien confeccionados, con unas pruebas de alcoholemia, con la verificación de los aparatos, con lo que la prueba es fácil, por lo que la mayoría de la gente reconoce que había bebido alcohol o que conducía sin permiso».

Esto provocó que en 2021 en el 97,96% de los juicios los acusados alcanzaran un acuerdo con la Fiscalía, por el que reconocieron los hechos, a cambio de una rebaja en la condena. «Como son delitos fáciles de probar, la gente asume su culpa, reconocen los delitos porque en los juicios rápidos tienen una rebaja de la condena de un tercio y se favorecen de esa rebaja. En muchos casos hay conformidades, que suponen un tercio de rebaja de la pena, porque la prueba es muy evidente».

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