A pesar de todo, el tren avanza. Es una frase que lucía en una placa en las viejas locomotoras estadounidenses, aquellas que cruzaban montañas nevadas, resistían asaltos de forajidos o ataques de indios que defendían su territorio ante la invasión de los 'caballos de hierro'. El tren blanco avanza (final de Supercopa) a pesar de todo: de las lesiones, de la baja forma de piezas clave, del parón de Vinícius, de la dependencia ofensiva de Benzema y de un factor imprevisto a comienzos de la temporada: la insoportable inestabilidad del flanco defensivo izquierdo.  

El mismo carril que mitificó las figuras de Roberto Carlos o Marcelo Vieira ha quedado ahora en exclusiva en manos de Ferland Mendy… que ha bajado su rendimiento sin la presión de compartir puesto con el brasileño (Marcelo quedó libre después de 16 campañas en el Real Madrid y fichó este verano por Olympiacos). Hoy por hoy, el mayor punto de conflicto en la plantilla se ubica en el lateral izquierdo. 

«Minimizar errores defensivos», es el mantra de Carlo Ancelotti, como también lo era el de Zinedine Zidane. En la época 'post-Cristiano', autor de uno de cada tres goles del equipo (450 de 1.375 en nueve cursos), había que hacerse fuertes atrás, evitando riesgos innecesarios y excesos de confianza, precisamente lo que más penaliza a Mendy. De alguna manera, ambos técnicos consideraban un 'verso suelto' a Marcelo, un tipo que no entendía de rigores defensivos, pero su aportación ofensiva compensaba los errores esporádicos… incluso los recurrentes. 

No es el caso de Mendy, que en su cuarta temporada en Chamartín ya ha sido señalado en varios partidos por cometer 'el error' que marca el duelo: ante el Villarreal, en la última jornada liguera, fue decisivo. «El partido era complicado, pero nosotros nos lo hemos complicado un poco más», señaló Ancelotti en rueda de prensa, enviando un claro mensaje hacia el defensor francés.

Alternativas

El Real Madrid ha buscado soluciones para el flanco diestro cuando Carvajal andaba cojo (hemos visto a Lucas Vázquez, incluso a Rüdiger o Militao), pero no ha presionado a Mendy en el zurdo. «David es central». Con esa contundencia zanjó el técnico italiano, el pasado curso, cualquier intento de aproximar a Alaba al carril, donde forjó su carrera deportiva en el Bayern de Múnich. 

El austríaco apenas ha jugado minutos como lateral desde que llegó al Santiago Bernabéu, a pesar de que aportaba más profundidad y solvencia que Mendy, y a pesar de la llegada de Antonio Rüdiger el pasado verano. Alaba tampoco está viviendo su mejor temporada: lesionado ahora para la Supercopa y con los peores datos (según la Inteligencia Artificial) desde su eclosión en la élite en cuanto a producción ofensiva y construcción de juego. 

La tercera opción, antes de recurrir al 'comodín' de Nacho Fernández, como hizo Ancelotti ante el Valencia en la semifinal de la Supercopa, era la 'vía francesa': Didier Deschamps dejó fuera del Mundial de Qatar a Mendy y solo llevó a un lateral zurdo específico, Theo Hernández. Para darle descanso, el seleccionador de los 'bleus' tiró de Eduardo Camavinga junto a la línea de cal… pero el rendimiento del '12' del cuadro merengue también es un agujero negro: fue sustituido en el descanso por sexta vez desde que llegó en verano de 2021 (en cinco de ellas con una tarjeta amarilla). 

En los últimos tiempos (lo que se constató con la alineación en La Cerámica, sin ningún español en el once inicial), el Madrid no cree en su labor de cantera, a pesar de que ha facturado muchos millones vendiendo futbolistas de 'La Fábrica'. Para el puesto de lateral zurdo, solo en los últimos tres años ha dejado escapar a jugadores como Sergio Reguilón (cedido al Atlético por un Tottenham que pagó 30 millones), y a jugadores con mucha trayectoria por delante como Fran García (Rayo) y Miguel Gutiérrez (Girona). 

Con semejante discordia en el lateral izquierdo, no es de extrañar que el mercado se agite: la dirección deportiva del Real Madrid ya habría dicho «no» a Álex Sandro (Juventus) porque el gran sueño es Alphonso Davies. El canadiense tiene contrato hasta junio de 2025 con el Bayern, que no se sentaría a negociar por menos de 80 millones de euros, lo que costaron los dos franceses juntos (48 pagó el Madrid por Mendy y 32 por Camavinga).