El Centro Solciocultural José Oliva de Albacete acoge, hasta el día 3 de junio, la exposición Apología Africana, de la artista Maythe Eman Blanco, que reúne en esta muestra, en la que colabora la Asociación Cultural de Amigos de Cuba en Albacete, pintura, escultura en cerámica y manualidades. La artista comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta propuesta. 

¿Por qué volver de nuevo con su obra?

Expuse ya en 2017 y conozco a la Asociación de Amigos de Cuba en Albacete, incluso en  aquella ocasión. Es muy importante la colaboración del Ayuntamiento y la propia asociación  para que la cultura cubana se conozca aquí y como había trabajado esta nueva temática de África en homenaje también a su día, quise traer la exposición. Propuse volver y se vio muy bien, solo tuvimos que coordinar las fechas y aquí estoy de nuevo. 

¿Cómo es esta exposición Apología africana?

La exposición es un homenaje a los países de África. Es una fusión, la unión de líneas, figuras, formas, estilo, con luz, colores y armonías de elementos africanos, que están representados como símbolos de identidad de los países. La muestra africana es un canto de esperanza que da testimonio sobre el patrimonio artístico y cultural. Yo hablaría más bien de una exhortación para preservar la integridad de los países de África.

¿Cuántas obras?

La verdad es que son unas cuantas, bastantes diría. Son óleos, acrílicos, escultura cerámica y manuales, también artesanía.  

¿Con qué disciplina artística se siente más cómoda?

Me gusta mucho la pintura y tengo bastantes habilidades para la escultura, sobre todo en cerámica, y también manualidades. 

¿Cómo es su pintura?

Mi pintura está marcada por el cubismo y hago un poco de arte abstracto se puede decir, un poco de todo, porque vinculo mucho lo que es el hombre, la mujer como tal, con todo el entorno en el que vive, naturaleza o flora. Como te decía, todo esto se transforma en ese homenaje del que te hablaba, por la situación que tiene el Continente, como una forma también de solidarizarme con ellos en su vida, en su día a día.  

¿En cuanto a la escultura?

Es más complicada para mí, porque siempre había trabajado en pintura y manualidades, pero me he dado cuenta que es muy bonita. Me gusta mucho la tierra, la arcilla y el barro como tal, trabajar con las manos y crear lo que el corazón y la mente proponen, con un objetivo y una meta. Está también relacionada con la vida, con las metas que unos se propone y que deben salir adelante.

La tercera propuesta que trajo son las manualidades... 

Así es, en ese caso utilizo materiales como el fieltro y otros accesorios, piedras, caracolas y objetos que reciclo, que luego aparecen en estas obras, vincularas con la mujer, con el hombre y también con la tribu. Es básicamente una defensa de la identidad desde el arte de cada país, que es distinto y me fijo mucho en la vida cotidiana. 

¿Es muy importante el color?

Seguro, cómo no. No solo el rojo, el color del amor, también el amarillo, porque los colores son como una armonía, la vida misma. Me encanta el color.  

¿En qué centra su producción artística en estos momentos?

Sigo con mi estilo, sobre todo dando mucho color y vida a mis trabajos y quería vincularlo todo, como ocurre en esta muestra, con mi estilo contemporáneo. Quiero que, a través de mi obra, se conozca cómo trabajan otras personas.