El Albacete dependía de sí mismo hasta que su propia impotencia para imponerse a los rivales lo ha ido bajando de la nube hasta darse de bruces con la realidad, que no es otra que el equipo no demuestra fuera de casa sus expectativas por ser primero de grupo y ascender directo. El varapalo sufrido en Andorra, dentro de lo que ha sido la dinámica de la temporada cuando se ha enfrentado en su casa a los equipos de la parte alta, no debe olvidar que un pinchazo de sus rivales en las tres jornadas que restan le puede otorgar las remotas posibilidades de ser primeros, pero para ello debe ganar esos tres encuentros, el primero hoy a las 17 horas frente al Nástic en el Belmonte.

Y la cosa está complicada porque además tanto Andorra como Villarreal B le ganan el goleverage, así que la única opción es tener más puntos que ellos al final.

No pierde la perspectiva Rubén de la Barrera que también es interesante llegar lo mejor posible a los playoff, donde parece predestinado el equipo manchego por su propia incapacidad fuera de casa, la misma que hace dudar mucho a los aficionados que se pueda conseguir el ascenso jugando el playoff en tierras gallegas, lejos del Belmonte y, previsiblemente, en casa de sus rivales del grupo I.

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