Enrique Belda

LOS POLÍTICOS SOMOS NOSOTROS

Enrique Belda


Los impuestos: mejor bajos

19/04/2022

Mucho se escucha estos días de subidas, ajustes y retoques en los tributos españoles. Doctores tiene la Iglesia, pero a mí nunca me han salido las cuentas que giran en torno a las verdades inmutables que circulan entre los bien pensantes. A ver: si para contratar a una persona pagando 1.500 euros/mes, otra persona tiene que soltar mensualmente esos 1.500 euros, más otros 800 a la Seguridad Social y demás etcéteras, lo más fácil es que el emprendedor haga lo que sea para no tener que emplear a nadie o por darse de alta como autónomo. Y si lo hace, contratará a los menos posibles.
Por fortuna, si no me contratan, voy a recibir una serie de servicios asistenciales, educativos y sanitarios; también el subsidio de desempleo, e incluso alguna ayuda en efectivo bajo determinadas circunstancias, mientras o cuando se me acabe el paro. El coste mensual de todo eso es superior a 800 euros/mes. Parece más razonable que la gente trabaje, tenga dinero y gaste, pagando entonces impuestos, a que el empleador, cuando ya no tiene otro remedio que emplear, lo haga en condiciones precarias e intentando generar los mínimos puestos posibles, para que no se lo coman las cotizaciones y los etcéteras. En fin, que todo el que no está empleado es, sí o sí, una carga para el Estado, mientras que con nuestro trabajo somos sólo parte menor de esa carga.
Y este creo que es el cáncer de España, país del mundo con mayor dificultad en generar empleo. Los que falsean la realidad diciendo que con los impuestos se pagan los servicios sociales y públicos o las pensiones, generan la peor de las confusiones, que es aquella que nace de las verdades a medias. Si tengo 6.000 euros y genero tres empleos pagados a 1.800 euros cada uno, entregando al Estado por todos los conceptos 200 euros por cada empleado, será mejor para toda la sociedad y todos los trabajadores que, si contrato a tres personas, a 1.100 euros, y doy 900 por empleado. ¿No es más fácil que las personas y sus familias tengan el dinero? ¿No les cuesta a las arcas públicas mucho más, que millones de personas no tengan trabajo, no consuman, reciban 800 euros/mes en subsidio o servicios; que dejar de pagar esa cantidad y además recibir de ellos tanto los impuestos al consumo, como los 200 euros de su empleador? Pueden pensar que si fuera tan fácil ya se estaría flexibilizando el diabólico mercado de trabajo que tenemos. Pues si no es así, solo es por el imperio de la mentira establecida de que se alteran derechos de los trabajadores y los avances del Estado de Derecho. ¿Por qué? Las cuentas son claras: habría más empleados y con más sueldo, aumentando los ingresos del Estado por ahorro en prestaciones y por incremento de cotizantes, que compensaría sobradamente la disminución de lo recaudado. Tenemos un gran país con unos servicios públicos aceptables. Solo se mejorarán con más recursos, y eso, jamás, pero jamás, saldrá solo de los impuestos al empresario. O se genera riqueza en cantidad, y empleo a lo grande, o esto es insostenible. La glosa del empleo creado en el último año es engañosa: precario y a años luz de las cifras de nuestros vecinos.