Del 6 al 12 de julio la Dirección General de Tráfico pone en marcha una nueva campaña especial de control de la velocidad en carretera, una campaña siempre presente en el calendario trazado para cada año, y que en los años anteriores siempre se ha hecho tanto en abril como en agosto. Las circunstancias derivadas de la pandemia han llevado a que sea ahora, a inicios de julio, cuando se plantee este dispositivo que refuerza el trabajo habitual de vigilancia en el cumplimiento de los límites de velocidad. Datos aportados a este diario por la Jefatura Provincial de Tráfico indican que, en las campañas de control de velocidad en Albacete e 2019, el número de denuncias a conductores infractores superó el millar. En abril, la Guardia Civil controló a 5.410 vehículos y denunció a 167, el tres por ciento; en agosto controló a 3.978 vehículos y 149 incumplieron los límites de velocidad, el 3,75%. En el caso de los controles hechos por la Policía Local de Albacete, en la campaña especial de abril denunciaron al 2,05% de los 21.276 vehículos controlados, 436. En la campaña de agosto vigilaron a 12.815, y hubo 297 sanciones, el 2,32%. Otros cuerpos policiales municipales de la provincia como Elche de la Sierra, Tobarra y Tarazona participaron también en alguna de las campañas especiales de control de velocidad del año pasado. También en la de esta próxima semana estará la Policía Local de Albacete, que ayer informaba de que desde el lunes « «se intensificarán los controles de velocidad en distintas zonas del casco urbano de Albacete». Estos controles tienen como objetivo «incrementar la seguridad, tanto de peatones como de conductores y la prevención de accidentes de tráfico», y es que el exceso de velocidad es uno de los principales desencadenantes de los accidentes de tráfico, ya que reduce el tiempo que tiene el conductor para reaccionar ante un imprevisto y poner en práctica alguna acción evasiva para evitar el accidente como puede ser frenar. El mismo mensaje mandaba la Jefatura Provincial de Tráfico, que recordaba que «con velocidades más bajas, el número y la gravedad de los accidentes disminuyen». Esta relación ha sido mostrada en varios modelos, uno de ellos muestra «que un aumento del uno por ciento en la velocidad promedio da como resultado aproximadamente un aumento del dos por ciento de accidentes con víctimas, un aumento del tres por ciento de accidentes graves y un aumento del cuatro por ciento de accidentes mortales». Ocurre también con los atropellos, donde hay estudios que muestran que «los peatones incurren en un riesgo de en torno al 80% de morir atropellados a una velocidad de impacto de 50 kilómetros hora, mientras que el riesgo se reduce a un 10% con una velocidad de 30 kilómetros hora». Tráfico destaca a su vez que, por ejemplo, un coche a 120 por hora necesita cubrir la distancia superior a la de un campo de fútbol para detenerse, por término medio.