Hay películas que llevan el spoiler ya en el título (es decir, que te destripan un poco lo que va a pasar). Y también lo hace así el último informe que ha elaborado la Delegación del Instituto de Comercio Exterior de Castilla-La Mancha, que directamente lo ha presentado como "Andando sobre el filo de la navaja". Todos los veranos el delegado Pedro Antonio Morejón hace un repaso de cómo están yendo las compras y ventas en el extranjero para las empresas de la región y una previsión de cómo va a acabar el año. En este 2022 hay un filo de la navaja y dos caras en ese filo, pues por una de cal hay otra de arena. "Vivimos en unos momentos un poco críticos, extremos, pero de todo se sale", comenta, "tenemos un margen de esperanza, al menos en la parcela internacional".
Entre las noticias buenas, el ICEX calcula que Castilla-La Mancha cerrará el año batiendo otro récord de exportaciones. Si el pasado año consiguió por primera vez pasar de la barrera de los 9.000 millones, este 2022 rebasará la de los 10.000. Y lo hará con creces, pues estima que llegue a los 10.450 millones de euros facturados en exportaciones. Hay que recordar que las cifras prepandemia estaban en 7.541 millones de euros. Este incremento se traducirá en un crecimiento de dos dígitos en solo un año, en concreto de un 15,4 por ciento.
Entre las noticias malas, no todo ese crecimiento tan abultado se debe al dinamismo del comercio internacional. "Hay que hacer una radiografía y a lo mejor es que la persona no es tan alta, sino que está encima de un taburete", comentó Morejón. En este caso el taburete es la hiperinflación de los precios. Estima que en este 2022 habría que 'descontar' entre un 7 y un 9% que se debería a la subida de los precios. Como todo está más caro, se factura más. Haciendo ese descuento, la subida real en ventas estaría entre un 6 y un 7 por ciento, "que son datos buenos", apostilló. Este incremento de los precios también afectó a la subida de las exportaciones del año pasado, que se dispararon un 25,9 por ciento, aunque en 2021 tuvo también mucha incidencia que hubo un "crecimiento de demanda desaforado, de demanda doméstica y exterior". Cree que en este 2022 no habrá un aumento de la demanda similar.
Otro dato no tan bueno es que el crecimiento esperado para Castilla-La Mancha este 2022 es algo inferior a la media española, que será de un 19,7 por ciento. "Tradicionalmente iba recuperando posiciones, creicendo tres, cuatro, hasta cinco puntos por debajo de la media de España", recuerda. Por provincias, estima un aumento muy destacado en Guadalajara del 34,7 por ciento, que en parte explica por el peso del sector farmacéutico y todo el dinamismo de esta área con la pandemia. Albacete también se apunta un 12,9 por ciento, siendo la segunda provincia con mayor incremento, algo que Morejón agradece, pues ve que "está recuperando muchos años de mucha atonía exportadora". Toledo anota un crecimiento más estable, con un 9,3 por ciento. Cuenca está por debajo de la media, con un 7,4 por ciento, algo que Morejón atribuye a una menor demanda del sector cárnico por parte de China, que se está recuperando de su peste porcina. Ciudad Real tendrá el incremento más bajo, de un 5,5 por ciento. "El sector del vino está teniendo dificultades", avisa.
En la cara buena de la navaja, según la comparativa del primer trimestre, parece que va a haber incrementos en la mayoría de los sectores, destacando las subidas de textiles, muebles y calzado, aunque también con descensos en aceite de oliva, vino, automoción y productos cerámicos. También se prevé un aumento de las ventas en casi todos los países, aunque la comparativa del primer trimestre arroja descensos en solo unos pocos países como Austria, Dinamarca y China.
Las importaciones, es decir, lo que Castilla-La Mancha compra en el extranjero también subirá hasta los 14.400 millones. Eso a veces es un dato positivo, porque habla de dinamismo, pero cuidado porque las importaciones van a subir más que las exportaciones. Se dispararán este año un 29,7 por ciento (es un incremento el doble del que se espera para las exportaciones). Esto hará que a final de año la balanca comercial sea negativa, porque Castilla-La Mancha habrá gastado más por compras en el extranjero de lo que habrá ganado en ventas a otros países. Ese déficit será de 3.850 millones. Se duplicará en comparación con el del año pasado, de 2.054 millones. Pero es que hay que recordar que en 2016 estaba en los mil millones. "El déficit hay que poderlo pagar", advierte Morejón, "sería muy bueno si estuviéramos creciendo, pero con señales de recesión, hay que tener cierta preocupación".
Los nubarrones en el horizonte son unos cuantos. Morejón recuerda que aunque la mascarilla esté ya en el codo, "seguimos en pandemia". También avisa de que la "hiperinflación" no es fácil de gestionar, pues los países prácticamente no tienen más mecanismos que los tipos de interés. Añade que Europa se ha dado cuenta de unas dependencias de materias primas y de energía que tiene que enfocar de manera más soberana y diversificando mercados. Se junta con una transformación digital, que no solo es cuestión de dinero, sino también cultural. Y la gota que ha colmado el vaso del desequilibrio ha sido la guerra de Ucrania, "que lo ha cambiado todo". Para que el cierre del balance no quede muy negativo, Morejón subrayó que "en la parte internacional, seguimos teniendo éxito y las emprsas cuando tienen la menor oportunidad, retoman la exportación".