Pilar Gómez

MIS RAZONES

Pilar Gómez


Presidente, la fiesta ha terminado

04/07/2022

Fueron tres días de vino y rosas, de OTAN y festejos, de celebración, reconocimiento, elogios. Pedro Sánchez y su esposa ejercieron de anfitriones del mundo occidental. Apenas se les permitió un resquicio de protagonismo a los Reyes, esa cena en el Palacio Real y no mucho más. Todo lo acaparó Sánchez, ansioso de focos, de relevancia, de distinciones. La cumbre, como no podía ser de otra forma, salió bien. Puertas abiertas a Suecia y Finlandia, alguna compensación oculta a Turquía y tan sólo un guiño mínimo sobre Ceuta y Melilla. Jo. La diplomacia española apenas pinta algo en el panorama internacional. Y desde el volantazo sobre el Sahara y la humillación de Sánchez ante el rey de Marruecos, menos aún.
Pero poco importa. Se logró el objetivo. Cientos de periodistas, todos los líderes mundiales congregados en el Museo del Prado mientras Begoña Gómez, la esposa, oficiaba de gran maestra de ceremonias en un escenario que le resultaba ciertamente desconocido. Una especie de gran guiñol por el bien de la defensa europea y de la seguridad de la Península. Acabados los fastos, de vuelta a casa los ilustres visitantes, de nuevo la realidad. Huía por los pasillos del Congreso la titular de Hacienda el día que se conoció la última cifra de la inflación. Nada menos que un 10,2%. Se acababa de superar la frontera maldita de los dos dígitos. María Jesús Montero, entre sonrisas nerviosas, e ignorando su condición de ministra de Hacienda le respondía a los periodistas: ¿Inflación? ¿Qué inflación? La notica hoy es el éxito de la cumbre de la OTAN».
Bien, pues se acabó el parapeto y se vuelve a la realidad. En estas jornadas de sacar pecho, el presidente del Gobierno ha conocido unas cuantas entrevistas a medios amigos. Al ser interrogado por las cifras de espanto de nuestra realidad económica siempre recurre al mismo truco: exhibir los datos de creación de empleo. Ya se sabe, esa trampa que convierte a parados en trabajadores por mor de la fórmula mágica del 'fijo discontinuo'. Todo lo demás es un panorama oscuro con una tendencia irrefrenable a ir a peor. Nadia Calviño no ha acertado en una sola de sus predicciones y, al comprobarse el error, se empeña en despedir a los datos. Y cuando ya resulta imposible semejante ejercicio, opta por decapitar a quien elabora las cifras, es decir, al director del INE, para que todo cuadre.
La realidad es la que es. La sociedad española lleva ya meses sumida en la tortura de los precios. Sin remedio. Y con el drama añadido de que el Gobierno se lo niega e insiste en que la recuperación va viento en poco y cada día las cosas marchan mejor. La gente puede soportar el actual estadio de agobio económico, que es creciente. Pero lo que resulta inaguantable es, además, se burlen de ello. Es lo que está haciendo este Gobierno. Se ríe de todo, lo niega todo, lo ignora todo y es incapaz de habilitar una política medianamente razonable para aliviar el padecimiento de una sociedad que contempla cómo su Ejecutivo, escasamente eficaz, despilfarra a manos llenas mientras se carcajea cuando escucha algún lamento. «Las terminales oscuras», diría Sánchez, en un ejercicio conspiranoico que recuerda a los peores libretos que manejaba Iglesias. Presidente, la fiesta ha terminado. El ciclo se extingue. Llegó la hora del cambio.