La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) garantiza el suministro de agua a los usos agrícolas y para el abastecimiento humano hasta final de año, esto es, durante el presente mes de noviembre y el de diciembre.

Sin embargo, para saber si se activará -o no- el Plan de Sequía habrá que esperar a las precipitaciones que tengan lugar durante los dos últimos meses  de 2022 y los dos primeros de 2023, según el presidente de la CHS.

«Los indicadores de sequía para el mes de noviembre  han vuelto a dar que la situación de escasez coyuntural para la cuenca del Segura es de prealerta, al igual que en meses anteriores», afirma Mario Urrea en un vídeocomunicado.

Por tanto, y de acuerdo a lo estipulado en el citado Plan de Sequía, «durante lo que queda de los meses de noviembre y diciembre» no se activarán los mecanismos previstos en el mismo, «pudiéndose atender los usos con normalidad».

En principio, precisó, habrá que esperar a los resultados de los indicadores de sequía, en especial los de diciembre y enero, «pero de momento no hay en principio ninguna afección desde el punto de vista de las restricciones al regadío y en ningún caso para el abastecimiento» en este año hidrológico.

Las declaraciones de Urrea se produjeron poco después de la difusión de una nota oficial de la CHS, donde se indicaba que  «la entrada en nivel de alerta en la cuenca del Segura dependerá nuevamente de las precipitaciones en los embalses de cabecera en los próximos meses». 

Estos embalses son los situados en la parte albacetense de la Demarcación del Segura, de los que dos se encuentran en Hellín, los de Camarillas y el Cenajo. Los otros dos son los de Fuensanta, en Yeste, y el Talave, en Liétor.

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