La Subdelegación de Defensa en Albacete organizó ayer una conferencia en el salón de actos de la Diputación, en la que Marcelino Sempere, teniente coronel del Cuerpo General Escala de Oficiales del Ejército del Aire, habló sobre la evolución del estrecho vínculo entre la ciudad y la aviación. De La Torrecica a Los Llanos y el TLP, 100 años de aviación en Albacete fue el título de la charla.

La vinculación de Albacete con la aviación y en el Ejército del Aire es indudable, ¿cómo se originó?

El vínculo de Albacete con la aviación es extraordinaria y muy antiguo, porque ya en 1910, que es cuando se hace el primer vuelo a motor en España, la ciudad pide que Jules Vedrines, el aviador más destacado de aquel momento, fuera a la Feria.

Además de ese interés temprano, Albacete reúne todos los requisitos para ser un punto estratégico para la aviación, con un terreno llano perfecto, un clima muy adecuado de días despejados y una situación geográfica que la convierte en un cruce de caminos, especialmente en relación a Cartagena, que era la base estratégica para la guerra con Marruecos. Al ser uno de los primeros aeródromos de la aviación militar, iban dando saltos desde Cuatro Vientos y el último de ellos era en Albacete.

¿Cómo evolucionan ese interés de la aviación militar y sus instalaciones?

Ya en 1924 se instala el campo de La Torrecica, cuando el despegue de la aviación en España se da en 1920. Albacete entra muy pronto y con la peculiaridad de que es una escuela civil para formar pilotos militares, en un ejemplo de lo que hoy llamaríamos externalización. Después, a partir de 1927, Los Llanos ya es el campo grande y de mayor expansión.

Además, en la Guerra Civil Albacete es fundamental para el bando republicano, porque allí no solo se sitúan las Brigadas Internacionales sino también la jefatura de las fuerzas aéreas republicanas.

¿Podría ahondarse aún más en ese papel de la ciudad durante la contienda?

Sí, precisamente estoy preparando biografías de los aviadores de la Guerra Civil para un congreso científico. Una cosa constante en ellas es la crítica a los mandos de las fuerzas aéreas  de la República. Por un lado, estaban las digamos legales y por otro los soviéticos, que eran quienes prácticamente toda la guerra aérea desde Albacete.

Los SB-2 Katiuska, unos bombarderos fantásticos, actuaban desde los 30 campos de la región aérea de Albacete a todos los frentes. Era una zona de reserva donde estaban los aviones estratégicos.

También hay que hablar de los bombardeos de Albacete, que se define como la Guernica de La Mancha en los estudios de Antonio#Selva. De hecho, se produjeron de forma similar, con pasadas continuas de los aviones que causaron una tensión constante y 83 víctimas contabilizadas, aunque probablemente habría más.

Concluida la guerra, ¿cuál es el papel de la instalaciones militares de Albacete?

Cuando llega el Ejército del Aire, la base de Los Llanos se va expandiendo poco a poco, después llegan los bombarderos Henkel 111, cuando se convierte en el Ala 26 de bombardeo ligero.

Un aspecto fundamental es que en 1940 comienza a funcionar la Maestranza Aérea, que ha sido fundamental para la sociedad de Albacete. Han sido miles de personas las que han desempeñado allí trabajos tecnológicos importantes y además tuvo un carácter igualitario, porque en las maestranzas trabajaban mujeres, sobre todo como enteladoras. De hecho, Albacete fue la última en que se entelaron aviones.

La Maestranza de Albacete es ahora mismo la mejor del Ejército del Aire, la que tiene el máximo nivel tecnológico, mayor capacidad de crecimiento y un personal más fiel, con gente que la demanda y está encantada.

Después llegó el Ala 37 de transporte, que posteriormente se fue a Valladolid, y el Ala 14, que es la más moderna del Ejército del Aire y entonces se adquieren los Mirage F1, cuando se decide diversificar el material. Su llegada es fundamental porque la Base crece, se mejoran las instalaciones y la Maestranza se especializa en reactores, con alta  demanda de trabajadores y de un gran nivel. 

Ya en 2013 entra el Eurofighter, que está dando un nivel tremendo, porque desde Albacete se ha recorrido el mundo entero con aviones de combate. 

Por último, hemos de tener en cuenta el TLP, que sitúa a Albacete en el mundo, un centro de excelencia al que llegan pilotos y especialistas de prácticamente cualquier país. 

Además, hay que sumar el polígono empresarial de Airbus y sus industrias auxiliares y, desde el punto de vista civil, el Aeroclub y la instalación del aeropuerto, en la que tuvo mucho que ver el ascenso del equipo de fútbol a la primera división.