Francisco J. Martínez

CARTA DEL DIRECTOR

Francisco J. Martínez


Supremacismo urbanita

19/06/2022

Kristin Hansen es una desconocida para la mayoría de la sociedad. Ella es una empresaria alemana afincada en Palma de Mallorca que fue la promotora de los actos de la Pride Week, una especie de Orgullo Gay en Baleares. La sujeta en cuestión se atrevió a decir que «vendrá gente del campo que nunca ha visto quizá a una lesbiana y van a decir 'mira, una lesbiana... es como cualquier otra persona'». Eso fue la gota que colmó el vaso y desató una tormenta política entre el PSOE y sus socios de gobierno. Es la mentalidad de los supremacistas urbanitas que se atreven a dar lecciones de moralidad a los habitantes del mundo rural. No saben que esa época ya pasó y ahora en los pequeños municipios viven doctores universitarios,   grandes empresarios,   trabajadores   bien formados, en definitiva, iguales a los que todos los días se creen por encima del resto por el mero hecho de vivir en una gran ciudad.
Las diferencias entre los urbanitas y los habitantes del campo residen en que los primeros no suelen ser dueños de su tiempo, mientras que los segundos sí, aunque estos últimos deben vivir con unos servicios básicos escasos, pero seguramente sean más felices que los primeros, que no saben distinguir una margarita de una amapola y creen que el orden natural es una crueldad máxima para las víctimas de los depredadores, pero es la vida misma, esa que intentamos ocultar a los más pequeños de la casa que después necesitarán apoyo psicológico, cuando no psiquiátrico, cuando se les presente un problema serio en su vida.
Pero sigan con su supremacismo urbanita que en el mundo rural seguro que son más felices y les aseguro que conocen y conviven con lesbianas y gays y desde luego que no se escandalizan.

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