«Me estuvo sobando los pechos y ahí no hay puntos de presión»

Josechu Guillamón
-

La denunciante de un caso de abusos sexuales en una clínica de la capital dedicada a la acupuntura explicó como el responsable del establecimiento le realizó varios tocamientos

El juicio debía haberse celebrado en el Juzgado de lo Penal 3. - Foto: Rubén Serrallé

El Juzgado de lo Penal 3 debía sentar ayer en el banquillo de los acusados al responsable de una clínica dedicada a la acupuntura acusado de abusar sexualmente de una de sus pacientes. Sin embargo, la vista no se pudo llevar a cabo por problemas técnicos.

Sin embargo, La Tribuna de Albacete pudo hablar con la denunciante, A.M.C., que explicó todo lo que ocurrió aquel 14 de junio de 2019. «Fui a darme una sesión de acupuntura, empecé a hablar con el acusado, para que supiera los problemas que tenía, para tratarme el pie y la espalda. Me preguntó si me consideraba fuerte y valiente o miedosa e insegura y yo le dije que miedosa e insegura y creo que por eso él también se aprovechó, porque sabía que con el miedo me iba a bloquear».

A continuación pasaron al lugar donde tenía la camilla y le dijo que se desnudara. «Me extrañó, pero yo me desnudé y me puse mi toalla y me tumbé en la camilla». 

Los abusos. Tras ponerle agujas en el pie y en la entrepierna, algo que no comprendió, comenzaron los tocamientos. «Yo tenía las manos puestas en el pecho, como modo de protección, pero él me las retiró, me quitó las manos del pecho, me las puso a los lados y me abrió la toalla. Yo estaba bocarriba, con los ojos cerrados y no sabía si eso era normal, por el miedo te paralizas. Me estuvo sobando los pechos y ahí no hay puntos de presión, si entras en cualquier página de acupuntura lo ves».

Sin embargo, la denunciante  afirmó que lo peor estaba por llegar. «Me pidió que me diera la vuelta. Yo pensé: ¡menos mal!, va a dejar que me vaya, porque estaba apurada. Entonces me puso agujas con corriente en la espalda, luego me las quitó, me empezó a echar crema y luego se fue para la zona de las nalgas. A continuación cogió un aparato eléctrico, pero no lo vi, porque estaba bocabajo y empezó a pasármelo por la espalda, hasta que ya bajó a la zona más íntima. Entonces, cuando él hizo presión (en la vagina), yo me giré y después de eso me dijo: 'Ya hemos terminado, ya te puedes vestir'».

Más información en la edición impresa y en la APP de La Tribuna de Albacete https://latribunadealbacete.promecal.es

ARCHIVADO EN: Albacete, Abusos sexuales