El directo, ¿ruido o cultura?

A.M.
-

La propuesta de organizar actuaciones en vivo en los bares de la ciudad genera controversia: mientras los vecinos se niegan en rotundo, promotores, hosteleros y espectadores creen que sería muy bueno para la capital

La polémica está servida: ¿apoya la organización de actuaciones en directo de pequeño formato en los bares de la ciudad? La moción que defendió Ganemos en el Ayuntamiento de Albacete, que no salió hacia adelante, ha generado cierto malestar entre el sector hostelero y el colectivo de artistas, que consideran esta decisión carente de sentido y que acaba con la posibilidad de potenciar la actividad cultural en una capital como Albacete, donde las oportunidades de escuchar música en directo, un monólogo o un recital de poesía no son muy frecuentes.

En el último pleno, tanto el Grupo Popular como Ciudadanos consideraron que estas actuaciones en vivo ya están convenientemente reguladas tanto en la Ley de Espectáculos Públicos, Actividades Recreativas y Establecimientos Públicos de Castilla-La Mancha como en la Ordenanza Cívica y, por tanto, no necesitan una normativa municipal concreta. Por su parte, el Grupo Socialista basó su abstención en que al texto de la moción de Ganemos le faltaba concreción y detalles.

Cierto es que la Ley de Espectáculos Públicos de Castilla-La Mancha permite la organización de actuaciones artísticas en los bares con un aforo de hasta 50 personas, sin necesidad de pedir una licencia o declaración responsable. Sin embargo, esta ley introduce el término «excepcional», lo que para Ganemos induce a «confusión» e impide a los hosteleros hacer una planificación de una oferta cultural como complemento a la actividad meramente hostelera.

 

JOSÉ REINA (FAVA). Las voces más discrepantes con la propuesta de Ganemos proceden de los vecinos. El presidente de la FAVA, José Reina, entiende que los objetivos de la moción son «interesantes» para potenciar la cultura de la ciudad, pero la misma es «inoportuna» ante la gran alarma social que existe en estos momentos por los altos niveles de contaminación acústica que sufre la capital.

Lo importante ahora es que las medidas coercitivas contempladas en la Ordenanza Cívica se apliquen y, sin embargo, «no hay eficacia ni eficiencia contra el ruido excesivo que se produce en los bares de copas y especialmente fuera de ellos». Recuerda las denuncias permanentes que están presentado los vecinos por el incumplimiento de la citada Ordenanza Cívica, por lo que, ante esa alarma social, «primero hay que resolver los graves problemas de ruido que hay».

La FAVA no tiene intención de apoyar la idea de Ganemos, pero sí propondrá la creación de una comisión formada por gestores, hosteleros y vecinos, que permita resolver los problemas que hay en zonas y barrios donde los vecinos «no pueden vivir ni dormir».

 

ALFONSO ROMERO (DAMNIFICADOS DE LA CALLE CONCEPCIÓN). El presidente de la Asociación de Vecinos Damnificados por el Ruido de las calles Concepción y Caldereros, Alfonso Romero, cree que autorizar actuaciones en directo de pequeño formato en los bares es «otra puerta más» hacia el ruido. Recrimina a Ganemos que en su moción pida el consenso de hosteleros, músicos, colectivos culturales y técnicos del Ayuntamiento y se olvide de los vecinos, al tiempo que tampoco exige en la moción la exclusión de determinadas zonas de la ciudad, agobiadas ya por el exceso de ruido.

Alfonso Romero asegura que ya hay muchos bares de la capital que, careciendo de licencia, tienen actuaciones en directo sin haber solicitado permiso previo: «No entiendo la moción, es muy ambigua, porque para regular este tipo de actividades ya está la el Plan Zonal Específico de Protección Acústica Especial de La Zona de Albacete, la Ordenanza Cívica y la Ley de Espectáculos de Castilla-La Mancha». E insiste en que la moción no tiene «ni pies ni cabeza, es de una ingenuidad impresionante y demuestra que en Ganemos hay un desconocimiento total de la realidad que vivimos muchos vecinos».

 

JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ (ESPECTADOR). José Vicente Rodríguez no está muy contento con la decisión de no aprobar la moción de Ganemos. Él es espectador y gran aficionado a la música alternativa... en vivo. José Vicente afirma que la música es la «opción ideal» para muchos clientes de los locales, que buscan «algo más» que tomarse una copa. De hecho, sostiene que la música «está hecha para escucharse en los bares».

Califica de «mentalidad provinciana» el hecho de que el Ayuntamiento no autoricen este tipo de conciertos en vivo y ve «alucinante» que se sostenga que «un tío con una guitarra y otro con un teclado hagan ruido; es para flipar».

También entiende que Albacete adolece de oferta cultural, opina que es «muy escasa» y por eso envidia el ambiente cultural y musical que tienen otras ciudades españolas, incluso más pequeñas que la nuestra. «Aquí siempre ha habido mucho miedo a los cambios, pero la música no tiene por qué suponer un escándalo, la música no sólo son punkis aporreando una guitarra».

 

JESÚS MARTÍNEZ (ESPECTADOR). Con sólo 17 años, Jesús Martínez es un gran aficionado a la música en directo, que para nada la compara con el ruido: «Negarle a la población el poder disfrutar de conciertos en vivo es un error», enfatiza. Considera que la música es arte, lo que implica que haya gente que disfrute y advierte que el ruido que se produce un sábado por la noche en plena calle Concepción «es lo que de verdad supone una molestia para los vecinos, no la música en directo dentro de un local convenientemente insonorizado».

A pesar de estos contratiempos, Jesús Martínez alaba la iniciativa de muchos hosteleros de no temer las sanciones y ofertar actos de carácter cultural y social, algo que valora él –al igual que muchos otros jóvenes-, dado que «la promoción que esos bares puedan hacer a los distintos movimientos sociales es realmente importante».

A lo que no le ve sentido Jesús Martínez es a la prohibición de que los jóvenes con 16 y 17 años no puedan entrar a los conciertos: «Tenemos el mismo derecho que los mayores de edad a disfrutar de la música en directo que nosotros escojamos».

Su juventud no es excusa para tildar la postura del Ayuntamiento como «anticuada y retrógrada» y advierte una «negativa general» de los políticos conservadores a todas las actividades que tienen un mínimo carácter cultural, lo que demuestra que «sólo quieren promover el desinterés por este tipo de actividades y disminuir el nivel cultural de la sociedad».

 

JOSÉ LUIS AINSA (CAFÉ DEL SUR). Para José Luis Ainsa, propietario del Café del Sur, los grupos políticos que votaron en contra de la moción y se abstuvieron «no han entendido nada», puesto que la propuesta de Ganemos está enfocada a que se puedan organizar actuaciones en directo, «siempre que no molesten a los vecinos», con el único fin de generar cultura y poder ofrecer «algo más que una cerveza».

José Luis Ainsa aclara que, en estos momentos, no hay normativa alguna que autorice este tipo de actividad. Al menos en Albacete, donde «por poner un micrófono ya te están sancionando, porque no tenemos permiso para ofrecer espectáculos». Incluso, «hay locales muy bien insonorizados, que no tienen denuncias de vecinos ni problemas de ruidos en el exterior y, sin embargo, si organizan cualquier concierto en directo son sancionados por la Policía Local».

Este veterano hostelero se muestra muy respetuoso con la problemática del ruido: «Si hay un local que produce decibelios más altos, que se insonorice o le sancionen como corresponda, pero los conciertos sin amplificadores, los recitales de poesía o un monólogo molestan bastante menos que la música enlatada; yo no tengo intención de molestar a nadie ni mucho menos que me denuncien, lo único que quiero es ofertar algo más, yo lo llevo haciendo 25 años, pero siempre con la espada de Damocles encima, con ese miedo a que venga la Policía y me multe».

 

JAVIER SÁNCHEZ (HEARTBREAK). Javier Sánchez, propietario desde hace tres años del Heartbreak, no está muy satisfecho con la decisión adaptada en el último pleno. Su bar cuenta con licencia de actividad musical, está totalmente insonorizado, lleva más de 10 años organizando conciertos en directo, todos ellos acaban antes de las 12 de la noche y asegura que los vecinos nunca han denunciado ni mostrado queja alguna. A pesar de tener este panorama a su favor, Javier Sánchez habla de «persecución» contra las actuaciones en directo por parte del Ayuntamiento que le comunicó que con su licencia «no puedo ofertar este tipo de actividad musical».

Dice que no dejar de sorprenderle que el Ayuntamiento esté empecinado en evitar estas actuaciones musicales y luego mire hacia otro lado con el ruido que generan las despedidas de soltero en la vía pública. Por eso opina que desde el Consistorio, la música en directo se ve como «algo malo», la asocia a «lo peor», cuando en realidad «es cultura, algo que vendría muy bien a esta ciudad y no las vergonzosas despedidas que se fomentan».

El impedimento o los problemas que tienen los hosteleros para animar sus veladas afecta también a músicos y grupos que no tienen dónde mostrar sus creaciones. «Esta postura es muy paleta, porque la fórmula es sencilla: si el bar causa ruidos y molestias por una actuación, se corta y punto, pero si no fastidia, lo único que puede aportar es más afluencia de público, mayor riqueza en los bares, enriquecimiento personal y una cultura muy sana».

 

DAVID FIEL (SALA CLANDESTINO). David Fiel es uno de los socios de la sala ClanDestino. Asegura que abrir la oferta cultural a los bares de la ciudad beneficia a muchos sectores, «cuanta más programación haya mejor», porque esta ciudad «tiene un gran déficit de cultura musical en directo hasta tal punto que la gente joven no está acostumbrada a consumir este tipo de propuestas».

La sala ClanDestino cuenta con licencia para poder organizar conciertos en vivo. Abrió sus puertas pensando que atraería al público joven y, sin embargo, «nuestro público es mayor; es el público que valora y aprecia mejor la música en directo».

David Fiel comprende a la perfección las quejas vecinales sobre la contaminación acústica. No obstante, puntualiza que la música en directo no es la causante de ese ruido «y eso nos duele, porque se criminaliza una actividad cultural que realizada en los sitios adecuados no hace daño a nadie».

Respecto a la Ley de Espectáculos de Castilla-La Mancha, David Fiel subraya que se trata de una norma hecha para las fiestas patronales de los pueblos y para que los menores de 18 años no entren a los conciertos, «no sirve para nada más», por lo que tiene claro que no permitir esas pequeñas actuaciones no es más que «una paletada más» de esta ciudad, que no se ha parado a pensar que, quizá con esta nueva iniciativa, «muchos hosteleros de la calle Concepción se replantearían el negocio y así se reduciría el ruido».

 

DAVID CANDEL (PROMOTOR DE 'MOLUSCO'). El punto de vista de los promotores musicales es bien distinto. David Candel, de Molusco Producciones, admite que en programación de conciertos en directo, Albacete está en su mejor momento. «Ahora hay más salas autorizadas que nunca», pero eso no debe ser impedimento, a su juicio, para que otro tipo de establecimientos hosteleros puedan organizar, sin temor a ser multados, otro tipo de actividades culturales de pequeño formato como recitales poéticos, conciertos acústicos, monólogos o microteatros.

Menciona la última decisión del Ayuntamiento de Barcelona, que ha decidido permitir que todos los locales con licencia de bar, restaurante o cafetería puedan organizar conciertos de música amplificada. De esta manera, saca de la clandestinidad a decenas de establecimientos que programaban música con el miedo a ser sancionados por la Policía Local. Una norma municipal que también tiene sus límites: para no afectar al vecindario, la música no puede sonar en el dormitorio del piso vecino a más de 30 decibelios, antes de la 11 de la noche, y de 25 a partir de esa misma hora.

En opinión de David Candel, la música en directo «no genera más ruido, eso es mentira», siempre que el bar esté insonorizado y cumpla todo el reglamento: «Esto no se aprueba por una cuestión política, porque si fuera por ruido, no entiendo por qué permiten las despedidas de soltero que se celebran todos los fines de semana y que son grandes generadoras de ruido».