Las llaman los Asesinos de La Llanura. Todos ellos viven una doble vida; durante la mayor parte del día, son como usted y como yo, personas aparentemente normales, con profesiones, carreras, familias, compromisos, cuentas corrientes e hipotecas que pagar.

Pero cuando se encierran en sus casas y encienden el ordenador, el historial de sus búsquedas en internet haría estremecerse de miedo a Aníbal Lecter, Ted Bundy o, puestos a mentar algún psicópata patrio, a Jarabo o el Sacamantecas.

Son consultas sobre las infinitas formas que tenemos los seres humanos para enviarnos al otro barrio con mayor o menor elegancia; que si es mejor el veneno o el hacha, el estilete o la recortada; el garrote o si sólo es suficiente con tirar a la víctima por las escaleras.

Aún así, no hay que tenerles miedo a ninguno de los cuatro. Porque Antonio Martínez Martínez, Pilar G. Simarro, Alejandro Rodríguez o Eva del Yelmo son en realidad amigos, residentes en Albacete y autores de novela negra, un género siempre en auge en momentos inciertos.

Como parte del primer Festival de Género Negro de Albacete, los cuatro participaron en una mesa redonda moderada por Lola P. Nieva en la Filmoteca de Albacete, en la que contestaron a una batería de preguntas de organizadores y público sobre su obra.

Durante una hora que se hizo demasiado corta, hablaron de sus autores favoritos, las dificultades que se afrontan al escribir una novela, sobre todo la primera, hasta qué punto su vocación literaria les ha cambiado como personas, o cuáles son los personajes que más quieren o detestan.

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