Jesús Fuentes

ÁNGULOS INVERTIDOS

Jesús Fuentes


Atención Primaria

25/11/2022

El hospital Zendal, en Madrid, a parte de un símbolo reciente del despilfarro del dinero público, es el ejemplo en hormigón vacío de la desorientación en asuntos sanitarios de la derecha española. La derecha española cree que la salud ciudadana es una cuestión de hospitales. Algo que en los años ochenta y noventa descartaron los técnicos sanitarios, planificando un sistema, basado en la atención primaria, la atención en especialidades y por último, la asistencia hospitalaria. La atención primaria surgía de la necesidad de contener el gasto de los hospitales por sus altas especializaciones y por los avances tecnológicos cada vez más costosos. Los hospitales se situaban  en el vértice de la pirámide de la salud a los que solo se recurría ante la gravedad de las enfermedades. La epidemia de COVID demostró que la atención primaria resultó estratégica en la lucha contra el virus, aunque en Madrid,  se optó por construir un hospital fantasma que, tras 150 millones de euros de inversión pública, se encuentra prácticamente vacío. Pero había que hacer un movimiento populista,  por supuesto con dinero público, para asegurar el triunfo electoral de la señora Ayuso.
La desatención a la atención primaria no ha ocurrido solo en Madrid, sino que parece una tendencia generalizada en gran parte de las Comunidades Autónomas. No cumplen con su función, porque progresivamente se les  priva de recursos y de profesionales, mientras la población crece o envejece.  De esta forma se invierte la pirámide y el hospital pasa del vértice a la base con el coste insostenible que  supone. Es la fórmula enmascarada  para justificar la privatización de la sanidad pública. Las dos escalas anteriores, atención primaria y atención especializada, tenían como objetivo prevenir la enfermedad y mejorar la salud comunitaria sin recurrir al hospital. No se está haciendo así. El proceso de deterioro de la atención primaria viene desde hace tiempo. Se acumulan los enfermos por día en las consultas, se recortan de manera continuada el personal, se incrementan los retrasos de meses y años en las listas de espera, el deterioro es algo visible en el día a día. En fin, un conjunto de factores que abocan a la atención primaria hacia el colapso. La huelga de Madrid o de Cantabria podría ocurrir en Toledo o en cualquier otro lugar. La atención primaria se diluye y lo pagarán los ciudadanos con el deterioro de la salud colectiva.