La provincia afronta la semana de mayor riesgo de incendios

Ana Martínez
-

La despoblación del medio rural y la desaparición de oficios relacionados con la madera, las aromáticas y el pastoreo originan un exceso de vegetación que alimenta las llamas de una forma más virulenta

Imagen de archivo de un incendio forestal declarado en Férez. - Foto: Rubén Serrallé

La provincia de Albacete afronta esta semana los días de mayor riesgo extremo de incendios forestales, dado que a lo largo de todo el mes, la pendiente del peligro de una posible combustión va in crescendo hasta llegar a finales de julio con el máximo calentamiento y radiación solar. España arde, especialmente por su parte oeste, y mucho se teme que las llamas vengan camino del este a lo largo de este mes y de agosto, debido especialmente a las altas temperaturas que prolongan en días las olas de calor, cada vez más frecuentes.

Las estadísticas confirman que hay menos incendios, pero los que se producen son más virulentos y arrasan más hectáreas. En 2021, la provincia de Albacete afrontó 87 siniestros, de los que 67 fueron conatos y 18 incendios; 90 en el año 2020, de los que 72 fueron conatos y 18 incendios. Sin embargo, mientras hace dos años se perdieron 593 hectáreas de superficie arbórea, el pasado se calcinaron 2.730 hectáreas debido a los incendios de Liétor, Hellín y Tobarra.

En el primer semestre de 2022, Albacete ya ha registrado 32 incendios forestales, lo que representa un descenso del 18% respecto a los 44 producidos en el mismo periodo de 2021. De nuevo, mientras en el primer semestre de 2021 se quemaron 21,7 hectáreas forestales, entre enero y junio de este año ya se han perdido 250 hectáreas de masa forestal. A esta radiografía más actual hay que sumar los recientes incendios localizados en Casas de Lázaro, que afectaron a 134 hectáreas, Alcaraz, con 560 hectáreas quemadas, y Tobarra, con 15.

¿Qué está provocando tal magnitud en los incendios declarados? El director del Centro Operativo Provincial (COP), Miguel Ángel Rodríguez, lo achaca a dos cambios significativos: el climático, con un más que evidente aumento de las temperaturas y una disminución de lluvias; y el social, dado que el flujo de migración de las gentes de los pueblos a la ciudades, ha generado de forma paulatina el abandono de los usos tradicionales en el campo y, por tanto, un aumento de la espesura y continuidad de los combustibles en los montes.

La desaparición de oficios en auge durante el siglo XX como el aprovechamiento de la madera y de los pinos, las aromáticas, el mismo esparto y el pastoreo han provocado el aumento de la masa forestal y que esta no solo sea más densa, sino que se acerque a núcleos urbanos, poniendo así en mayor riesgo a las personas y su actividad económica. «El cambio climático no es suficiente para que se originen tantos incendios, pero sí que se conjuga con un aumento de la superficie de arbolado», advierte Miguel Ángel Rodríguez, que considera que en los últimos años se ha mejorado la eficiencia en la extinción: «Cada vez se apaga mejor, pero le estamos echando leña al monte antes de que prenda», un fenómeno que además se alimenta de las temperaturas extremas, la escasa humedad, las fuertes rachas de viento y las noches cada vez más cálidas.

El COP cuenta con un equipo técnico de gestión integrado por el propio director, el técnico de prevención de incendios, Domingo Calderón, y el responsable de prevención del Geacam, Francisco Luzón, que se encarga -siguiendo las directrices del plan director regional de prevención de incendios, desgranado en planes provinciales y comarcales- de elaborar un plan con medidas preventivas para todo el año, que se refuerzan en la época de riesgo bajo y medio de incendios que se registra entre los meses de octubre y mayo. En ese periodo de ocho meses, desde el COP se desarrollan tratamientos selvícolas con corta de arbolado y eliminación de restos, quemas prescritas -incendios controlados de baja intensidad- y el impulso del pastoreo, con el fin de reducir la carga de combustible en el monte.

(MÁS INFORMACIÓN EN EDICIÓN IMPRESA Y EN LA APP DE LA TRIBUNA DE ALBACETE)