«Con el Ballet de Chemnitz podré aprender mucho y crecer»

A. Díaz
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La joven bailarina albacetense continuará como profesional, una vez completados sus estudios en Alemania

«Con el Ballet de Chemnitz podré aprender mucho y crecer» - Foto: Arturo Pérez

En 2017 La Tribuna de Albacete recogió en sus página que Lucía Alfaro Córcoles, entonces con 14 años,  estudiante de cuarto de Danza Clásica en el Conservatorio Profesional José Antonio Ruiz de Albacete, viajaba a Alemania, becada para estudiar en la prestigiosa Escuela Estatal de Berlín. Ese sueño de Lucía se ha hecho realidad ya que acaba de regresar a Albacete de vacaciones, una vez completados sus estudios en Alemania, donde continuará, ya como profesional en Chemnitz. La bailarina comentó al diario cómo ha evolucionado su arte y su vida, así como sus planes, ya como profesional.

¿Decidió, en 2017, partir para Alemania, cuando terminó el curso en el José Antonio Ruiz?

Pero no fue exactamente porque terminé en el Conservatorio  José Antonio Ruiz, lo que pasó es que fui a un curso de verano en 2017, cuando  estaba en tercero de Profesional en el José Antonio Ruiz y el director de mi Escuela en Berlín, en la que estudié estos años, Marek Rozycky, fue casualmente a ese curso de verano y me invitó a la Escuela Estatal de Berlín. Fui una semana de octubre de 2017 y ya me comentaron que podía quedarme hasta terminar con mis estudios. 

Concretamente, ¿cuáles fueron esos estudios que acaba de terminar ahora?

Terminé el Bachelor, que es como el Grado de Artes Escénicas y también me convalidan  esos estudios que he finalizado aquí, en España, como si hubiera terminado el Superior en España. Es como la Universidad de Artes Escénicas.

¿Cómo fue esta experiencia de esos años en Alemania?

Me fui con 14 años y han sido cinco años más de estudio. La verdad es que al principio me marché con la ilusión de una niña pequeña, sin saber claramente a dónde iba. Qué ingenua fui, pensaba que todo sería muy fácil, porque era mi sueño. Me fui muy feliz, a hacer realidad mi sueño, algo que también os comenté, cuando hablé con vosotros. Al principio, cuando llegué, pensé que me iba a costar muchísimo, pero me quede súper contenta en Berlín, como un niño pequeño en un parque. Primero estuve en un internado con otros compañeros y eso hizo que todo fuese más sencillo, más fácil, acostumbrarme a Berlín. Tenía cuidadoras, apoyos para aprender alemán y durante todo ese tiempo el oído se fue acostumbrando al idioma y fue más fácil aprender alemán. 

¿Cómo fue esa realidad una vez que estuvo allí, sobre el terreno?

Bueno, visto en perspectiva, la realidad es que no fue tan fácil como pensaba. Esta experiencia me ha hecho aprender mucho como persona, incluso un poco más que como bailarina. Como bailarina, la educación que me han dado ha sido increíble y diría que aquí, en España, esa educación, lamentablemente, no se puede recibir. 

¿Por qué cree que no se puede recibir una educación así en nuestro país?

Porque yo he estudiado este Bachelor y, a la vez, he terminado mis estudios de danza, he podido hacer las dos cosas a la vez diríamos. He estudiado teoría, pero también práctica, en el mismo sitio, en la misma Escuela Estatal y también con los mismos profesores.  

En España, por ejemplo, tienes que ir a la Universidad y después al Conservatorio, es un esfuerzo añadido y no es para nada fácil poder compaginar ambas cosas.

¿Es una carrera universitaria, solo que de Danza?

Sí, pero aquí tienes que ir por un lado a la Universidad y por otro al Conservatorio Superior.

¿En qué estudios se formó, cuál es su especialidad?

Mi especialidad es Ballet Clásico sobre todo. Mi Escuela es de Ballet Clásico, pero también teníamos varias horas de Ballet Contemporáneo. 

¿Cómo fue esa experiencia, se adaptó rápido al idioma y a la forma de trabajar en la Escuela?

Bueno, la verdad es que fue todo completamente diferente, porque mis clases, donde se impartían, eran enormes y eso sí que me costó mucho, acostumbrarme. Al principio, como era tan pequeña, me imponía muchísimo estar allí.  

En cuanto a los profesores, la sensación era que tenían una forma de trabajar como más estricta, porque el Conservatorio José Antonio Ruiz era como mi casa y mi profesora, Doli Morales, que me acompañó hasta el tercer año de Profesional, era como mi madre. Llegas allí, con esos profesores tan fríos, que impartían su clase y ya está, fue un cambio muy grande, me costó bastante. Luego, estaba el idioma, que también costó, aunque allí me dieron muchas facilidades, como te he comentado anteriormente para salvar esa barrera del idioma. Los tres primeros años que estás allí tienes como clases extra de alemán y así el dominio del idioma se hace más sencillo. Eso es, lógicamente solo para los extranjeros, que había algún compañero también de otros países. 

¿Aprendió a hablar correctamente el idioma, el alemán?

Perfectamente tampoco, es un idioma bastante complicado, pero el Bachelor que he hecho fue todo en alemán, así que defenderme, me defiendo bastante bien.  

¿Terminó finalmente en estos años su carrera, sus estudios?

Sí, por supuesto, finalmente terminé mis estudios. 

¿También en estos años se incluyeron actuaciones?

Mucho. He ido a muchas ciudades alemanas a bailar, normalmente en galas de la Escuela que hacían en esas ciudades o que invitaban a la Escuela y entonces íbamos. También a las Naciones Unidas, estuve bailando ahí, también fui a Francia e Italia con la Escuela. 

¿Ballet completos o simplemente fragmentos seleccionados?

La Escuela Estatal de Berlín tiene mucho nombre, entonces, cuando nos invitaban bailábamos piezas, pero con el Ballet Estatal de Berlín, la compañía de los bailarines profesionales, sí que a las niñas de la Escuela nos daban la oportunidad de hacer pequeños papeles en los ballet completos. Yo, como ejemplo, actué en El Cascanueces con la compañía y puedes ver cómo trabajan los bailarines profesionales, que son buenísimos y estás tú ahí, en ese ballet de la compañía. La verdad  es que eso me ha dado mucha experiencia. 

¿Mereció la pena pasar por todas esas situaciones?

Muchísimo. No lo pensaría, volvería a repetir. 

¿Pudo venir sin problemas esos años a su tierra?

Sí, porque las vacaciones estaban perfectamente programadas. En septiembre me daban ya un calendario y podía coger vuelos meses antes para venir. Cada mes y medio tenía vacaciones, así que he podido venir bastante. 

¿El último año también lo aprovechó para hacer audiciones?

Así es, en noveno. Yo entré en quinto y terminé el noveno, claro. Básicamente este último curso es como el paso, el salto de la Escuela que ya nos tratan como profesionales hacia la compañía. Así que nos facilitaban los vídeos, porque para las audiciones era necesario mandar un vídeo. Luego, hemos podido hacer audiciones en Alemania, Suiza, Italia, República Checa también, durante todo el año yendo y viniendo. 

Finalmente, tras las vacaciones en España, ¿vuelve a Alemania?

Sí, finalmente me he decidido por Alemania, de la parte sur. He decidido que me quedo en Chemnitz. Lo hice así porque la calidad de vida es muy buena, aprovecho que sé el idioma, porque si me hubiera decidido por la República Checa, no tengo ni idea del idioma, que es también complicado. En Italia no tendría problema porque he aprendido italiano, porque esta experiencia de los idiomas es de lo que más agradecido estoy, porque también he aprendido inglés y portugués. Finalmente, me decidí, por el idioma y también porque la cultura funciona muy bien en todas las ciudades alemanas, se baila mucho, se paga bien y cuando fui a la compañía Ballet de Chemnitz, me gustó mucho. No lo tenía demasiado claro en un principio, porque recuerdo que cuando me iba a Alemania y hablamos, en 2017, te comenté que quería ir a Rusia, ir a mil ciudades y mil sitios, pero la verdad es que me he dado cuenta y la experiencia es muy importante y creo que empezar en una compañía más pequeña te da más experiencia. A lo mejor, precisamente porque es más pequeña, puedes bailar roles más importantes. Tengo  contrato para un año con el Ballet de Chemnitz y creo que en ese tiempo podré aprender mucho y crecer. Cuando sea más mayor, ahora tengo 19 años, podré hacer otras cosas.

¿Qué le comentaron en este Ballet de Chemnitz?

Al principio, normalmente, siempre se empieza por el cuerpo de ballet, pero en estas compañías más pequeñas tienes la posibilidad de bailar como solista o en papeles un poco más importantes. 

¿Le comentaron cuando se tiene que incorporar a la compañía?

El 18 de agosto tengo que incorporarme, esa es la fecha que me han dado, aún queda un tiempo.

¿Ya sabe qué es lo primero que tiene que preparar en esta nueva andadura que emprende en agosto?

No lo sé seguro. Pero creo que una de las primeras cosas que vamos a hacer es El lago de los cisnes.

¿También valoró a la hora de elegir que fuese una compañía que acostumbra a girar?

Sí que es una compañía que gira, desde luego, sobre todo, por lo que sé, por Alemania. 

Este es el inicio de su carrera, ¿pero tiene visto ya qué le gustaría a medio plazo?

Ahora mismo lo que me gustaría es tener trabajo todos los años, la verdad, porque visto lo visto, lo complicado y difícil que es este mundo, ese es el objetivo. Lo más importante, de momento es ir año por año en un corto período de tiempo, pero sí que me gustaría el año que viene ir a Italia, pero estoy muy centrada en quedarme en Europa durante toda mi carrera. A España me gustaría  regresar al final de mi carrera, porque una vez que se sale hay que aprovecharlo. Es complicado, una vez que estás ya aquí, volver a salir, te acostumbras, porque tu tierra, tu país, tira mucho. Me encanta Madrid y si volviera, me quedaría, por eso prefiero probar y aprovechar fuera.