La Sierra se santigua

Ana Martínez
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Tras cinco años del incendio que calcinó 3.200 hectáreas, Yeste y Molinicos viven con inquietud las olas de calor y hacen un llamamiento para que vecinos y turistas extremen la precaución

Aspecto que ofrecía el incendio forestal en Yeste y Molinicos un año después. - Foto: Rubén Serrallé

El 17 de julio de 2017 está subrayado en las efemérides de la Sierra del Segura como una fecha nefasta. Ese día comenzaron dos semanas horribles para hacer frente al incendio que finalmente asoló 3.200 hectáreas de monte en los términos municipales de Yeste y Molinicos. Según consta en el Plan Provincial de Defensa contra Incendios Forestales, donde aparecen como aprobados dos planes de defensa comarcales en las sierras de Alcaraz y Segura y en las hoces de los ríos Cabriel y Júcar, es precisamente en las mencionadas sierras donde se concentra la mayor parte de los incendios, que son originados mayoritariamente por causas agrícolas y rayos. 

Un detalle que no se le escapa a la población yestera ni a su alcaldesa Cortes Buendía, que confirma que, ante las continuas olas de calor, los vecinos viven con inquietud y preocupación las altas temperaturas y las consecuencias que pueden tener para este pulmón verde de la provincia de Albacete, que hace cinco años perdió parte de su encanto paisajístico. 

«El incendio de 2017 ha costado mucho dinero, tuvimos que consolidar la zona afectada para evitar arrastres e impedir que las cenizas llegaran al agua potable», explica Cortes Buendía, que agradece la ayuda económica de la Junta y de la Diputación en estas intervenciones para reparar el sistema de abastecimiento «que nos destrozaron las lluvias de aquel año». La alcaldesa de Yeste recuerda también las actuaciones que se tuvieron que realizar en la zona calcinada para no perder área fértil.

A Lola Serrano, alcaldesa de Molinicos, se le dispara el pulso cuando recuerda «aquellos días tan duros» de julio de 2017. En estos cinco años, afirma que desde el Ayuntamiento de Molinicos, con el apoyo de la Junta de Comunidades y de la Diputación Provincial, «se ha trabajado mucho» en la zona afectada, primero retirando la madera quemada, especialmente donde había un mayor riesgo, después limpiando todo el monte, arreglando caminos e instalando diques para prevenir daños en las infraestructuras. 

De forma paralela, Lola Serrano destaca un «pequeño proyecto» de reposición de matorral bajo, ante la regeneración natural de pino que se está produciendo. «Los pinos todavía no han crecido, pero la zona ya está reverdeciendo», explica la regidora  moliniqueña.

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