Francisco J. Martínez

CARTA DEL DIRECTOR

Francisco J. Martínez


La política y los toros

15/05/2022

Albacete siempre fue tierra de toreros, y buenos. Por eso no es extraño que los partidos políticos se fijen en el escalafón para confeccionar sus listas electorales. Esta semana, La Tribuna de Albacete publicaba en exclusiva que el torero y hostelero Antón Cortés está muy bien situado para encabezar la candidatura de Vox a la Alcaldía. La noticia tuvo mucha repercusión y abrió la temporada de quinielas sobre las próximas elecciones municipales de mayo de 2023. Antón Cortés cumple con todos los requisitos que busca Vox en un candidato: torero de estirpe, hostelero de La Zona y hasta podemos valorar que pertenece a la etnia gitana, con lo que derribaría el estigma racista de la formación conservadora.
Hubo un tiempo en el que los toreros eran semidioses para la sociedad, hoy, desgraciadamente, pertenecen a una profesión más. No se les venera como a aquellos héroes que tarde tras tarde se enfrentan a la muerte, son simples profesionales. Ahora futbolistas, cantantes y hasta políticos, con méritos mucho menores, son los nuevos héroes para la sociedad, por lo que el tirón de un torero en la política es más que discreto, y si la inclusión de un matador de toros en unas listas se debe al intento de utilizar la tauromaquia en favor de una ideología, flaco favor se hace al mundo taurino y al de la política.
Esta reflexión me evoca aquella anécdota de Juan Belmonte a quién le preguntaron por un subalterno suyo -Joaquín Miranda- que presidía en calidad de gobernador civil de Huelva un festival taurino en el que actuaba. El Pasmo de Triana certificó que había ido en su cuadrilla y le insistieron en que cómo había ascendido tan rápido en la política, a lo que Belmonte respondió: «Pues, degenerando, degenerando».