Interoperabilidad y ciberseguridad para una sanidad de calidad

Dr. Fernando Mugarza
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Interoperabilidad y ciberseguridad para una sanidad de calidad - Foto: Vía Pixabay

La ciberseguridad sin duda es uno de los elementos más relevantes a tener en cuenta en este momento de transición en el que tanto se habla de digitalización, transformación digital y disrupción digital.

El paciente es el propietario de sus datos de salud y el centro asistencial o el profesional que le atiende en el caso de una consulta privada son los garantes y tienen la función de custodia de dicha información, por lo que la simbiosis de ambos es esencial también en este aspecto tan destacado. Para disponer de garantías suficientes es muy importante que todos estemos en posesión de una cultura de prevención, protección y seguridad tanto de los datos almacenados como de las herramientas informáticas utilizadas. 

La seguridad debe ser un requisito sine qua non tanto en el diseño como en el desarrollo y gestión de cualquier proyecto y servicio que forme parte del programa de transformación digital; sin olvidar la necesidad de disponer de controles exhaustivos para anticipar, prever y afrontar los posibles incidentes de seguridad que pudieran llegar a ocurrir. 

Javier Zubieta, presidente de la Comisión de Ciberseguridad de Ametic y director de Marketing y Comunicación de Secure e-Solutions de GMV, referente en materia de seguridad de la información (abarcan todo el ciclo de vida de la ciberseguridad: identificar, proteger, detectar, responder y recuperar) en el eBook sobre Ciberseguridad en el sector sanitario recientemente publicado apunta un hecho clave, «la ciberseguridad siempre es un aliado, puesto que incide directamente en dos aspectos fundamentales: en el incremento de la confianza en el servicio y en asegurar su disponibilidad».

En este sentido, es importante tener en cuenta que debido a la rápida transformación digital, el ecosistema tecnológico es más vulnerable que nunca y puede conllevar importantes riesgos que identificar y problemas de seguridad que afrontar y solventar a través de fórmulas garantes que permitan evitar ciberataques, intrusiones informáticas, captura y encriptación de datos, entre otros. Estos, sin duda, suponen una seria amenaza para un desarrollo operativo fiable, correcto y adecuado, interfiriendo o impactando de forma grave en los resultados de todo tipo, asistenciales, financieros, organizativos y reputacionales, entre otros. Por ello, es necesario realizar una vigilancia diaria de todos los procesos, llevar a cabo medidas de seguridad, pruebas de gestión de vulnerabilidades y contar con dobles circuitos de contingencia. 

La calma y la reflexión antes de tomar una decisión en este ámbito es clave porque, aunque la transformación digital es una oportunidad inmejorable de las organizaciones para su proyección y supervivencia, es necesario tener en cuenta desde el inicio otros aspectos ligados a la seguridad, la protección de datos y la privacidad. En este sentido, estos atributos cobran especial protagonismo y relevancia en un sector tan especializado y sensible como es el de la salud y la sanidad y, por lo tanto, han de ser vistos como una garantía de calidad y seguridad de cara a los pacientes y sus entornos familiares y relacionales. 

En concreto, con respecto a la seguridad del paciente es imprescindible tener en cuenta, por ejemplo, la Ley de Autonomía del Paciente, que regula los derechos y las obligaciones en materia de información y documentación clínica en la que se regula su historial, el Reglamento Europeo de Protección de Datos y la Ley Orgánica 3/2018 de Protección de Datos nos presentan un nuevo marco de referencia y actuación con conceptos nuevos tales como la responsabilidad proactiva, el análisis de riesgos, las evaluaciones de impacto, etc. y los nuevos retos que afrontar, como el uso de técnicas como el big data, el blockchain, el internet de las cosas, la realidad virtual o la inteligencia artificial, entre otras en el sector sanitario.

El dato y su interoperabilidad son básicos en una atención sanitaria de calidad que tenga a gala procurar por el paciente. En este sentido, contar con sistemas interoperables de historia clínica digital, de asistencia, monitorización y seguimiento a distancia forma parte de la solución a la utilización efectiva de los recursos; haciendo bien lo que hay que hacer, es decir, dotando de continuidad al proceso asistencial, mejorando la resolución asistencial, evitando duplicidades y redundancias en pruebas y métodos diagnósticos y terapéuticos que a su vez mejoren la confortabilidad, bienestar, calidad de vida y resultados de los pacientes en su relación con el sistema sanitario.