El Albacete se despidió de la liga con una nueva remontada. El equipo de Rubén Albés, con muchos cambios respecto a lo habitual, no perdió su esencia ni dejó escapar los tres puntos en la última jornada, con la mente puesta en el playoff de ascenso y una afición entregada que sueña con que el ascenso a Primera se puede conseguir.

Como estaba previsto, Rubén Albés le dio minutos a algunos jugadores menos habituales, como el venezolano Bolívar, despistado y descolocado en la primera mitad, pero espabilado y letal en la segunda. Ros entró en defensa, Maikel Mesa ocupó el puesto de Lander Olaetxea y Fran Álvarez salió por la izquierda y estuvo muy participativo.

Lo más importante es que jugadores como Dubasin, de vuelta tras la lesión, y Álvaro Rodríguez, al que está costando recuperar la energía y movilidad en la banda que tenía antes de sus problemas físicos, tuvieron minutos que les vendrán muy bien para coger ritmo de cara a los playoff.

El partido puso en evidencia que no había nada en juego. Plomizo, intermitente y con poca intensidad, resultó aburrido en muchos minutos y solo en contadas ocasiones, en esporádicas jugadas, el Albacete buscó la portería contraria con poca fortuna.

El Mirandés presionó de inicio y eso propicio una primera ocasión en la que Salinas envió el balón a las nubes. En el minuto 10 despertó al respetable con una buena jugada local, que acabó con el remate de Escriche con el exterior de su pierna izquierda que no cogió portería al tocar en un defensa.

El Mirandés probaba fortuna desde fuera del áreas, con disparos que atajaba bien colocado Altube o se iban fuera. El partido no tenía mucho ritmo, pero cuando Riki cogía la pelota y conectaba con Dubasin, el Alba daba un paso adelante.

El goleador del Mirandés, Raúl García, tenía que dejar el partido lesionado y su equipo solo aparecía en algún contragolpe bien llevado pero mal ejecutado.

En el minuto 32, Escriche levantó a la gente de sus asientos con una jugada de muchos kilates que empezó  Riki Rodríguez al llevarse una pelota imposible y no menos espectacular fue el giro de Escriche al recibir el pase de su compañero para dejar sentados a dos jugadores del Mirandés para irse solo hacia portería. Su remate, demasiado cruzado, se fue fuera por muy poco.

lluvia de goles. Los truenos empezaron a sonar en los minutos finales de la primera parte y antes de comenzar la segunda el cielo empezó a soltar agua, una lluvia que fue de goles para darle emoción a un partido insulso hasta el momento.

La segunda parte empezó con una buena jugada de un espabilado Bolívar que se buscó el hueco en el área para rematar y encontrarse con una buena intervención de Frelih para evitar el gol.

Un córner en el minuto 48 fue rematado por Manu García y el balón, tras tocar en Álvaro Rodríguez, acabó dentro de la portería. Pero en el saque de centro, hubo un balón largo para Jovanny Bolívar, que tocó lo justo para que la pelota pasase por encima del portero para empatar el encuentro un minuto después del gol visitante.

Parecía que la segunda parte iba a ser más movida, pero Bolívar, en una nueva ocasión tras el gol, se lesionaba y el técnico aprovechó para realizar varios cambios que cortaron el ritmo al partido.

Fue la tónica del resto de partidos, cambios, algunos extraños, con la intención de cumplir el expediente sin desgastar a jugadores importantes. Riki y Dubasin se iban al banquillo y salían Rodrigo Alonso, con cuatro tarjetas, y el canterano Luis Roldán, el único que finalmente estaba en la convocatoria. El Mirandés hacía todos sus cambios y el partido volvía a decaer.

Maikel Mesa tuvo la victoria en un gran remate en el minuto 62 que se estrelló en la madera y luego llegó la ocasión para el Mirandés en el 77 en un remate de Roberto López que con la portería a su merced la mandó fuera.

Albés siguió con sus cambios raros y empezó a jugar con cuatro laterales al mismo tiempo, dos por banda, con Álvaro Rodríguez y Carlos Isaac por la derecha y Julio Alonso y Juan María Alcedo por la izquierda.

Cuando el partido moría, un rápido contragolpe acabó con un gran remate de Álvaro Rodríguez que salvó Frelih, pero el rechace fue a los pies del lateral diestro del Alba que a la segunda introdujo el balón en el fondo de las mallas, provocando la alegría de una grada que había estado gritando «¡que sí, joder, que vamos a ascender!» y así también despidió al equipo.

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