Elche de la Sierra hace historia con un museo único en España

E.F
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La alcaldesa, Raquel Ruiz, pide apoyo a las instituciones provinciales y regionales "para que la Unesco incluya a las alfombras de serrín en la lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad"

El presidente de la Junta recorrió las instalaciones. - Foto: E.F.

La larga espera se acabó. La alcaldesa Raquel Ruiz pronunció ayer una frase que deseaba pronunciar en público desde hace siete años: «Sed todos bienvenidos al Museo de las Alfombras de Serrín de Elche de la Sierra».

Con esta frase dio comienzo en el patio interior de la Casa Aguado el acto de inauguración de un museo único en su género, pues está consagrado a una forma de arte efímero que echó raíces en esta parte de la Sierra en 1964.

Fue hace 57 años cuando un grupo de 12 elcheños, capitaneado por Francisco Carcelén, tuvo una idea loca. La noche anterior al día del Corpus, hicieron la primera alfombra de serrín de colores.

«Casi 60 años más tarde -recordaba la alcaldesa- ya no son 12, sino 600, las alfombras cuentan con la declaración de Interés Turístico Nacional, son Bien de Interés Cultural y ahora cuentan con este museo cuyo fin es poder disfrutar de las alfombras durante todo el año, no solo durante un único día», afirmó Ruiz.

El nuevo Museo cuenta con varias salas dispuestas en torno a un gran patio central en las que se puede seguir paso a paso el diseño, la preparación y la elaboración de las alfombras de vivos colores que los vecinos elaboran a contrarreloj la noche anterior al Corpus. 

La primera parte del recorrido está en la planta baja. En una sala en penumbra, un cuidadoso sistema de luces muestra al visitante los elementos básicos con los que se fabrican las alfombras en un ambiente de misterio que recuerda a un laboratorio alquímico.

La seguna parte es más clásica, más expositiva. Sigue la historia de las alfombras, desde las primeras que se hicieron en los años 60 del siglo pasado a la exhuberancia, el colorido, el detalle y la variedad técnica del momento presente.

En esta zona, protegidas por vitrinas, el visitante puede pasar sobre las alfombras sin temor a borrarlas con la pisada. El recorrido concluye con una sala audiovisual  y una representación tridimensional del recorrido de las alfombras que se hacen cada Corpus.

Pero ayer los elcheños no se conformaban, no querían dormirse en los laureles. Ante las autoridades locales, provinciales y regionales presentes, Raquel Ruiz aprovechó la ocasión para  ponerse y ponerles sobre la mesa un nuevo reto de futuro: «Os pido a todos vuestro apoyo para conseguir quqe la Unesco incluya a las alfombras de serrín en la lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad».

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