«El poemario tiene como base los salmos de la Biblia»

Antonio Díaz
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El jurado de la trigésimo cuarta edición del premio Barcarola Ciudad de Albacete de Poesía concedió el primer premio, entre los siete finalistas y algo más de un centenar de obras, a Gregorio Dávila de Tena, por Entre el diamante y la penumbra.

«El poemario tiene como base los salmos de la Biblia»

El jurado de la trigésimo cuarta edición del premio Barcarola Ciudad de Albacete de Poesía concedió el primer premio, entre los siete finalistas y algo más de un centenar de obras presentadas, a Gregorio Dávila de Tena, por Entre el diamante y la penumbra. El autor, residente en Sevilla, comentó a La Tribuna de Albacete qué significa para su trayectoria como escritor este premio internacional. 

¿Por qué decidió presentar su poemario al premio Barcarola?

La verdad es que tenía referencias de la revista Barcarola, había comprado el número 100, un especial dedicado a Antonio Gamoneda, porque es un poeta que me gusta mucho, está entre mis preferidos. A raíz de esto accedí, no recuerdo cómo, en la página de Facebook, al anuncio del certamen, y como tenía este poemario preparado, lo presenté.

¿Qué supone en su trayectoria este galardón internacional?

Pues la verdad es que me siento un poco abrumado y a la vez muy feliz. No tenía yo mucha conciencia del prestigio de ese premio. Realmente, viendo la categoría del jurado, figuras destacadas de la poesía, y simplemente que ese jurado lea tu poemario y lo valore, es un premio para mí. Me siento muy contento por poder ir por Albacete a recoger este premio, porque es una ciudad ya conocida y muy querida para mí. He estado ya dos o tres veces en los encuentros que ha habido de haikus, porque la Asociación de la Gente del Haiku es bastante conocida, en Albacete, en el resto de España y en todo el mundo hispanoamericano y esos encuentros, además, han sido muy agradables. 

¿Cómo es este poemario, Entre el diamante y la penumbra? 

El título está tomado de unos versos de José Hierro, de su poemario Cuaderno de Nueva York, que para mí es un libro excepcional y me ha maravillado siempre. Ese título quiere expresar el tránsito digamos, entre la zona del diamante, que sería la más luminosa, y la zona de penumbra, que sería la de sombra. El poemario tiene como base los salmos de la Biblia, que utilizo como cauce para la inspiración de la obra. Tomando como cauce esos salmos, voy expresando un camino personal de transformación y de cambio hacia una zona un poco más oscura, de tinieblas o un poco más luminosa, de hecho, la primera sección se titula Todavía la noche, que es un título que está robado, de un poeta amigo, muy querido, José Manuel Martín Portales, también muy conocido en Albacete, que tiene un libro que se llama Todavía la noche. Como te decía, esa primera sección es Todavía la noche; la segunda, Los olivares de la madrugada, de un verso de Juan Ramón Jiménez, y después hay otra sección curiosa, Las mujeres que me habitan, el sentirse acogido por esa parte maternal, porque el tema de la madre está muy presente en mi poesía, tanto como figura como símbolo, como zona de acogida. 

¿Cuántas secciones?

Al final, el libro está dividido en cinco secciones o capítulos, con 150 poemas, cada poema está inspirado en un salmo de la Biblia. Yo soy muy metódico y cada sección tiene 30 poemas y 1.000 versos, un poemario extenso. La cuarta parte del mismo, como comentábamos, es El silencio de Dios y la última parte, Entrañas de alegría. Termina con un canto de esperanza, tomando muchas referencias de José Hierro y otros poetas muy queridos. 

Por lo que comenta, es un poemario muy trabajado.

Lo estuve trabajando dos años. Soy muy metódico, como te decía, y muy disciplinado. Cogía un salmo y lo trabajaba lo que hiciera falta, aunque tenía bastante clara la idea del libro, porque creo, como ha resaltado el jurado,  que el poemario es muy unitario, tiene mucha idea de que está todo bien tramado y estructurado. También se resalta que el lenguaje está muy depurado y, efectivamente, esto suele ser así en lo que escribo, lo trabajo bastante. 

¿Muchos títulos publicados?

Este es el séptimo premio que recibo y todos los libros que he publicado ha sido por galardones que he recibido. Empecé en Zafra en 2017, porque llevo relativamente poco tiempo en esto. Me inicié en el mundo del haiku, al que sigo vinculado, pero después en 2015 o 2016, comencé con poesía y en 2017 gané un premio en Zafra y me publicaron Alma de renacuajo y después fui consiguiendo premios y publicando. Entonces, son siete libros con el de Barcarola. Tengo otro premio internacional de haiku y, con ese, serían ocho.

¿Cómo es su poesía?, ¿por dónde se mueve?

Definir uno su poesía es un poco complicado. Pero me muevo en una zona donde predominan mucho las imágenes. En mi poesía hay una fuerte raíz, base o cimentación de la mirada, de la fotografía y del haiku. Entonces, es una mirada que es sobre todo a la naturaleza, aunque no descarto otros elementos, pero predomina la naturaleza. Partiendo de esas imágenes y de ese lenguaje más o menos claro, luego hay un tinte o un matiz reflexivo o de trascendencia. Utilizo esas imágenes y esos símbolos para plantear una reflexión o una meditación, algo más filosófico. A veces, en determinados poemas, planteo aforismos, sofismas y por esa zona me muevo. Después, suelo incluir referencias a otros autores e introducirlos en los poemas, porque me gusta mucho ese diálogo con los poetas de la tradición literaria. 

¿En qué trabaja, poesía, haiku? 

En las dos cosas. Tengo un poemario  que está por ahí, viajando por esos premios de poesía de Dios. Después, hay otro escrito, que estoy puliendo, y ahora estoy con prosa poética.