La enrevesada historia de la herencia de Purificación Urrea nunca decepciona. Parecía que ya no había lugar para nuevos giros de guión, pero el Pleno de la Diputación acaba de rizar el rizo, al anunciar que cumplirá la sentencia sin cumplir con los herederos que la demandaron. 

En teoría, la Corporación provincial da la batalla por perdida y renuncia a presentar recurso contra el fallo que la obliga a devolver todos los bienes y además pagar unos 11 millones de euros en concepto de rendimientos de las fincas, ya que la Justicia estima probado que incumplió los términos de la herencia que asumió en 1968.

Pero este acatamiento no supone que los demandantes vayan a ver un solo euro, de acuerdo a lo expuesto por el vicepresidente provincial Fran Valera, pues lo que pretende hacer la Diputación es cumplir con la literalidad del testamento y constituir una fundación benéfica que será la única propietaria de todos los bienes en disputa. 

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