El sevillano Daniel de la Fuente, en la Fiesta del Árbol

Pedro Belmonte
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El triunfador de las novilladas de la Maestranza en 2017, donde debutó con picadores, natural de Puebla del Río y de familia ganadera, está a punto de terminar su Grado en Magisterio

Daniel de la Fuente, novillero con picadores, vive y entrena en la ciudad desde 2017. - Foto: Pedro Belmonte

Lleva casi dos años entrenando y viviendo en nuestra ciudad, novillero con picadores, triunfador de las novilladas de la Maestranza de Sevilla en el año 2017, debutando con picadores en junio del año siguiente en la misma Maestranza, y natural de la Puebla del Río. Intervino en el certamen de La Solana hace un par de semanas y se llama Daniel de la Fuente, a punto de terminar su Grado en Magisterio, de familia ganadera, pues poseen un hierro con más de 180 años dentro de la misma familia, Hijos de Dolores Rufino. Lo encontramos entrenando en la emblemática Fiesta del Árbol, acompañado de José Antonio Galdón El Belén, que es quien le dirige artísticamente, y la pregunta era obligada ¿Qué hace un sevillano en Albacete? 

«La vida, a veces, te va llevando a sitios donde uno ni imagina que puede llegar, pero la verdad es que aquí estoy entrenando y viviendo desde hace ya casi dos años. Soy hijo de ganadero, pero eso es de la familia, a mí me influye poco y como decía, las circunstancias han venido así y me encuentro muy a gusto viviendo aquí y que Albacete me haya acogido tan bien».

Tres años de novillero con picadores, pero con el inconveniente del Covid. «Las circunstancias de los novilleros con picadores es muy complicada ya que no hay muchas novilladas, pero mientras se mantenga la ilusión y la esperanza, creyendo en uno mismo, el tiempo que pase nos viene bien, porque nos da tiempo a pensar, madurar y a crecer interiormente. Es cierto que vivimos en una sociedad en la que hay mucha prisa y poca paciencia y a los toreros se les exige que vaya todo muy rápido, pero creo que el proceso de aprendizaje es importante. Entre que el toreo es lento y las circunstancias actuales, han reducido las novilladas, es lo que provoca que lleve tres años como novillero con picadores».

Decide ser torero ya con casi 16 años, lo que en estos tiempos hay quien cataloga como vocación tardía, toda una paradoja. «No sabría decirte si mi caso es de vocación tardía o no. Lo que está claro es que el toro no te pide el carnet de identidad, solo que estés preparado, y ha habido casos en la historia del toreo que han sido figuras con una edad un poco avanzada, como el caso de Ortega Cano o Roberto Domínguez, casos en que les ha costado romper, pero han llegado a ser figuras del toreo y actualmente también los hay, que después de varios años de alternativa han roto en figuras».

Ganador del ciclo de novilladas sin picadores de la Maestranza de Sevilla en 2017, le dio el empujón necesario para torear. «Ganar el certamen me posibilitó poder debutar con caballos en la Maestranza, y aunque es cierto que he toreado, no considero haber toreado mucho, sobre todo en estas dos temporadas con la pandemia».

Bien apoderado, podrá hacerse sin prisas, pero sin pausas. «Me apoderan Antonio Garzón, José Blanco y un grupo de amigo muy taurinos de Sevilla en el que también se encuentra José Antonio Galdón El Belén, que es el que se encarga de mi preparación».

En Albacete se respira el toreo. «Es cierto que Albacete es una ciudad donde se respira el toreo. No es una ciudad muy grande pero hay muchos profesionales y aficionados y es muy bonito ver que tanto por la mañana como por la tarde, siempre hay ambiente de entrenamientos, donde se habla de toros, se ven las corridas por televisión en los bares, y se respira el toreo todo el año, no solo en los días de feria».

Toreó en la Solana, un festival en Aracena donde bordó el toreo acompañado de Juan Ortega, Dávila Miura, José Garrido y Daniel Luque, cortando los máximos trofeos. Quedan cosas, aunque todo eso lo llevan los apoderados, como el festival que toreará el 24 de agosto en Casasimarro junto a los matadores Juan Millán y Alberto Pozo el novillero con picadores Sergio López y el sin picadores Indalecio Sahuquillo. Se siente torero en todas las facetas de su vida. «El toreo no es un trabajo que cuando terminas la jornada te olvidas, sino que todo lo que rodea tu vida puede formar parte de esta actividad».

No hace comparaciones ni se encasilla en ningún tipo de toreo. «Lo importante es la entrega, que es lo que se transmite al aficionado. Para que salga el sentimiento tienes que estar entregado, por ello tienen que ser los aficionados los que definan a cada torero, porque en el caso de los novilleros estamos en un proceso de asimilación y queremos crecer día a día. No me gustaría encasillarme, que sea el aficionado el que diga día a día como me ve».