Fernando Fuentes

Fernando Fuentes


De la seducción a la sedición

20/12/2022

Similar a la tan cacareada maradonización de Messi, asistimos a la bonización de un Page que se enfunda la remera vintage del PSOE, menos seductor y sanchista, para asegurarse el voto socialista castellanomanchego y, de paso, pescar en río revuelto votos entre indecisos populares y exnaranjitos, que haberlos haylos. El presidente se enfrentó por enésima vez a su gerifalte nacional, pero esta vez poniendo por delante, en primera línea de fuego, a sus nueve diputados nacionales. Sobre ellos cayó toda la atención a la espera de una presunta revuelta que, oh, nunca sucedió. Cuando llegó la hora de la verdad, y como era de esperar y fija la disciplina de su partido, votaron a favor de la reforma, exprés y por la gatera, del Código Penal contra la que su jefe regional despotrica desde la destemplanza. Durante unos días alguien nos quiso hacer creer que, por fin, desde Castilla-La Mancha se le iban a decir las cosas claritas a un Sánchez más pendiente -y dependiente- de Cataluña que del resto del país del que, no se le vaya a olvidar, también es presidente. Pero no. Finalmente, también con el apoyo del PSOE de Albacete, Ciudad Real, Toledo, Cuenca y Guadalajara salió adelante la muy cuestionada derogación de la sedición y la no menos polémica reforma de la malversación. Y como en las guerras clásicas, los que sufrieron más daños fue la infantería; su Nerón particular los vio abrazar la derrota y entregarse al fuego desde la cálida comodidad de su sofá imperial en Toledo. No sabemos qué presiones sufrieron, ni de qué tipo. Pero sí que esos cuatro días serán inolvidables para todos ellos. Ahora la batalla se sigue librando entre comilonas navideñas, atracones de espumillón y demás solaz parafernalia decembrina. Y no parará hasta el final. Page seguirá pisando fuerte por su propia linde, por esa misma que confía en que le mantenga en Fuensalida y, más allá en tiempo y espacio, favorezca su postulación para ser presidente del Gobierno de España. Recuerden, éste es su real y gran objetivo. Lo demás son mamandurrias, postureos y ganas de incordiar. De la seducción a la sedición. Feliz Navidad para todos.