Las pesquisas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para encontrar a Ana Isabel Picazo Escribano se centran ahora mismo en la ciudad de Albacete, después de que apareciese el coche con el que salió de Tarazona de La Mancha, aparcado en la calle Valdeganga de la capital provincial y con sus efectos personales en el interior.

La confirmación de este hallazgo la dio ayer a La Tribuna de Albacete la madre de la mujer desaparecida, María Teresa Escribano Serrano, quien también explicó que el comportamiento de su hija antes de marcharse de Tarazona había sido «completamente normal» sin que nada hiciese presagiar lo que sucedería pocos días más tarde.

«Era muy normal que cogiese el coche; de hecho, no lo eché en falta hasta un par de días después de que se marchase, por lo que no le di importancia -recordaba- y cuando llegó a Albacete, los dos o tres primeros días, supimos de ella con total normalidad, era una visita más a la ciudad, hasta que de repente, silencio, nada».

De golpe, durante dos días, no hubo ni una llamada, ni un mensaje, ni un indicio sobre dónde podría estar Ana Isabel. Preocupadas por su silencio y tras varios intentos infructuosos de ponerse en contacto, su madre y su hermana Mayte se pusieron en contacto con la Guardia Civil para denunciar su desaparición. Era el 29 de enero.

«Fue el viernes (el día 12) cuando la Guardia Civil lanzó el aviso nacional de su desaparición -señalaba ayer su madre- y ahora nos acaban de comunicar que el coche con el que se marchó de Tarazona apareció aparcado en la calle Valdeganga de Albacete, con el bolso, sus tarjetas, su DNI y el móvil en el interior del vehículo».

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