Adalid de la Zarzuela

Antonio Soria
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Chapí produjo gran cantidad de «género chico», gran zarzuela y varias óperas

Teatro Chapí en Villena.

¿Quién no conoce La Revoltosa, El Rey que rabió, El tambor de granaderos, por mencionar tan sólo tres títulos de las ciento treinta y nueve zarzuelas que podemos encontrar en el inmenso catálogo de este compositor tan popular, que bien merece el destacado lugar que ocupa en nuestra historia de la música?

Ruperto Chapí compuso casi el doble de zarzuelas que otro gran maestro del género como es  Francisco Asenjo Barbieri (1823-1894), dato que no termina de ser significativo porque no es cantidad lo importante sino calidad... reconocida sobradamente a Chapí, situándole en el olimpo del género junto a otros nombres de similar celebridad como su maestro Emilio Arrieta, su codiscípulo Tomás Bretón, u otros bien admirados como Federico Chueca, Federico Moreno Torroba, Pablo Sorozábal, Amadeo Vives, Jacinto Guerrero. Gerónimo Giménez y un largo etcétera, con precedentes como Sebastián Durón (1660-1716), compositor que da nombre al Conservatorio Profesional de Música de Guadalajara, José de Nebra (1702-1768), hasta llegar a la obra que se considera tradicionalmente el origen de la zarzuela, que se remonta al S. XVII, cuando el Palacio de la Zarzuela se convirtió en el lugar de encuentro de la corte con los artistas de la ciudad  durante el reinado de Felipe IV, amante del teatro y de los espectáculos musicales, especialmente tras su boda con Mariana de Austria en 1649, que supuso el fin de casi una década de luto y abrió una etapa dorada de fiestas cortesanas, surgiendo el que se considera el género lírico español por excelencia.

En 1636 se estrenó El jardín de Falerina, comedia caballeresca escrita en colaboración por Pedro Calderón de la Barca, Francisco de Rojas Zorrilla y Antonio Coello, identificada tradicionalmente como la primera zarzuela, si bien no existe ningún dato que la asocie con el Real Sitio que le da nombre, ni contiene características de las obras posteriores. En ella, las hazañas de los caballeros de Boiardo y Ariosto son recreadas en libertad por los dramaturgos españoles con un derroche de fantasía, humor y distancia irónica y con un sorprendente aparato escénico que el ingeniero florentino Cosimo Lotti creó para la ocasión. Si tomamos en consideración esta tradición, dentro de catorce años, en 2036, asistiremos al 400 aniversario del nacimiento de la zarzuela.

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