Está claro que lo inmediato y preocupante es la salud pública, que esta crisis por el Covid-19 se pare cuanto antes y parece que todo lo demás pasa a un segundo orden, pero hay un sector de la población y del mundo del toro, en concreto, que está sufriendo, si no por ahora, sí en el futuro, es de la ganadería brava, ya que los animales que debían lidiarse durante estos meses y los que vienen, quedarán en las dehesas sin saltar a las plazas, por lo que el año que viene habrá ganado bravo en mayor cantidad, con lo que eso puede suponer para el precio de los toros, que ya en muchas ocasiones está al límite de la rentabilidad, como ocurre con casi todos los productos agropecuarios.

La Tribuna de Albacete conversó con el ganadero Samuel Flores, titular de la ganadería más emblemática y antigua de nuestra provincia y de casi todo el país, al que le ha cogido esta crisis en su finca El Palomar, lo que no es extraño ya que gran parte del año se encuentra cerca de sus negocios agropecuarios, entre los que se encuentra la ganadería brava. Junto a su familia, pasan estos días sin perder de vista el estado de los toros, aunque como él manifiesta, «para este año solo teníamos una corrida de toros, 10 toros muy escogidos preparados para la Feria de Albacete, pero me pongo en el lugar de los ganaderos que tengan muchas corridas de toros y no saben si las lidiarán».

Además, Samuel Flores tiene algunos toros, los mas exagerados de trapío, destinados para las calles, pero ya será el año que viene cuando volverá a tener tres corridas de toros, de los que ya tiene seleccionados 14 para volver a Madrid, lo que no ha podido ser debido a la crisis de fertilidad que sufrió la ganadería, de la que empieza ahora a recuperarse. Samuel Flores añadió que hay ahora ente 110 y 120 vacas en cada uno de los hierros, muy seleccionadas y de las que ya tiene para dentro de dos años 35 ó 40 machos destinados a corridas de toros.

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