Simpatizantes de Bolsonaro invaden el Congreso brasileño

Europa Press
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Cientos de personas se manifiestan para derrocar a Lula y a su vicepresidente, Geraldo Alckmin. La policía está utilizando medios antidisturbios para intentar controlar la situación

Simpatizantes de Bolsonaro invaden el Congreso brasileño - Foto: EFE

Cientos de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro ha superado las barreras policiales y han invadido la sede del Congreso brasileño, la del palacio presidencial, el Palacio de Planalto, y la sede del Tribunal Supremo Federal en Brasilia en el marco de una manifestación contra el nuevo presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.

Los participantes en la protesta han superado las barreras policiales y arrancado alambradas a pesar de que la Policía ha empleado gas pimienta y otros medios antidisturbios. Los manifestantes tienen el objetivo declarado de derrocar a Lula y a su vicepresidente, Geraldo Alckmin.

Los manifestantes se habían concentrado este domingo frente al Cuartel General del Ejército, en el centro administrativo de Brasilia, y han marchado hasta la Explanada de los Ministerios, donde decenas de participantes se han encaramado al edificio sede del Congreso.

Más tarde se han dirigido a la sede presidencial y a la del Supremo, donde han invadido el plenario del tribunal. Han trascendido imágenes de los manifestantes provocando importantes destrozos dentro de los edificios.

Así se han podido ver imágenes de personas manifestantes vestidos de verde y amarillo arrancando sillones del Congreso o rompiendo cristales y mesas de la sede del Tribunal Supremo Federal. Precisamente en este último edificio habría sido arrancada la puerta del armario donde el juez Alexandre de Moraes cuelga su toga en el plenario del tribunal. De Moraes ha sido uno de los jueces más críticos con Bolsonaro.

Finalmente efectivos de la seguridad del Tribunal Supremo Federal y de fuerzas de choque de la Policía Militar del Distrito Federal han conseguido recuperar el control de la sede del TSF.

Fuentes del TSF citadas por la cadena O Globo han afirmado que algunos de los asaltantes están retenidos en el garaje del edificio y la sede está totalmente bajo control de las autoridades, que evalúan ya los daños.

Respuesta policial 

Durante las protestas la Policía Militar ha disparado bombas de gas y balas de goma para dispersar a los participantes en el asalto desde helicópteros enviados a la zona. Además los efectivos de estos aparatos estarían trabajando para evitar que los manifestantes se acerquen a otros edificios públicos.

La Policía Legislativa y otras fuerzas de seguridad han logrado recuperar el control de la rampa de acceso al Congreso, mientras que la parte superior del edificio continúa ocupada por los manifestantes, que han roto todas las vidrieras del Senado. Los agentes también han empleado botes de pimienta en la zona del Palacio de Planalto.

Durante las protestas uno de los vehículos de la Policía Legislativa ha terminado en la lámina de agua que hay frente a la sede del Congreso, según las imágenes difundidas por la prensa brasileña. Por el momento se desconoce cómo ha llegado allí el vehículo policial.

También se ha sabido que un sobrino de Bolsonaro, Leo Índio, participa en estos asaltos. El propio Índio ha publicado en Instagram un vídeo en el que aparece él mismo publicado bajo el título "Dónde están los ratones".

Los simpatizantes de Bolsonaro han acampado frente a diferentes cuarteles de las Fuerzas Armadas brasileñas para exigir un golpe de Estado para "salvar Brasil" y deponer a Lula, vencedor de las elecciones de octubre de 2022.

Las fuerzas de seguridad no han disuelto estas concentraciones tampoco frente al Cuartel General del Ejército en Brasilia, punto de partida de la manifestación que ha terminado con la toma del Congreso. Las acampadas comenzaron tras confirmarse la derrota electoral de Jair Bolsonaro frente a Lula.

Reacciones políticas 

Tras los incidentes de este domingo, Lula ha comparecido ante los medios de comunicación desde Sao Paulo y ha ordenado intervenir para frenar a los "vándalos". Así, ha firmado un decreto para que el Gobierno federal asuma las competencias de seguridad en el distrito federal de Brasilia y ha condenado la violencia de las últimas horas, que "no tiene precedentes".

"Nunca se ha hecho en la historia de este país", se ha lamentado durante un discurso en el que ha recordado sus propias derrotas electorales.

"Todos los vándalos serán encontrados y castigados", ha dicho el mandatario, antes de leer de viva voz los detalles de un decreto que implica la intervención sobre las competencias que teóricamente le competen a Brasilia, cuya labor había sido puesta en duda por el oficialismo tras el caos vivido en las calles de la capital.

Por otra parte, el ministro de Justicia y Seguridad Pública de Lula, Fávio Dino, ha advertido de que los intentos "absurdos" de imponer por la fuerza un intento de golpe de Estado "no se impondrán" en respuesta a la toma por parte de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro de la sede del Congreso en Brasilia.

"Ese absurdo intento de imponer su voluntad por la fuerza no se impondrá. El Gobierno del Distrito Federal afirma que habrá refuerzos y las fuerzas de que disponemos están trabajando. Estoy en la sede del Ministerio de Justicia", ha afirmado Dino, según recoge el diario 'Folha de Sao Paulo'.

Condena internacional

El asalto a las sedes de los tres poderes brasileños ha sido condenada de inmediato a nivel internacional tanto por gobernantes afines a Lula como por dirigentes de la derecha.

El primero en pronunciarse en redes sociales ha sido el presidente de Colombia, Gustavo Petro, para pedir la aplicación de la Carta Democrática de la Organización de Estados Americanos (OEA). "Es hora urgente de reunión de la OEA si quiere seguir viva como institución y aplicar la carta democrática", ha publicado Petro en su cuenta en Twitter.

"Toda mi solidaridad a (Luiz Inácio) Lula (Da Silva) y al pueblo del Brasil. El fascismo decide dar un golpe. Las derechas no han podido mantener el pacto de la no violencia", ha apuntado.

También han reaccionado el presidente de Chile, Gabriel Boric, o el de Argentina, Alberto Fernández, que han criticado el "impresentable" ataque de los bolsonaristas y la "inaceptable reacción antidemocrática que intenta imponerse en Brasil".

Por su parte, el jefe de Estado de Ecuador, el conservador Guillermo Lasso, se ha sumado a las críticas contra "las acciones de irrespeto y vandalismo" perpetradas contra "instituciones democráticas", ya que "atentan contra el orden democrático y la seguridad ciudadana". "Expreso mi respaldo y el de mi Gobierno al régimen de Lula, legalmente constituido", ha remachado Lasso.

También ha condenado los hechos Estados Unidos a través del encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos en Brasil, Douglas Koneff. "La violencia no tiene cabida en ninguna democracia. Condenamos contundentemente los ataques a las instituciones de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial en Brasilia, que son también un ataque a la democracia. ¡No existe justificación para estos actos!", ha apuntado Koneff.

Desde el otro lado del Atlántico, el Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, se ha mostrado "consternado" por "las acciones de violencia y la ocupación ilegal" de instituciones a manos de miles de "extremistas", mientras el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha expresado su "absoluta condena" al asalto.

En la misma línea, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha condenado con rotundidad el asalto y ha trasladado su apoyo a Lula. "Condenamos rotundamente el asalto al Congreso de Brasil y hacemos un llamamiento al inmediato retorno a la normalidad democrática", ha publicado en Twitter.