"Con tres hachazos en la cabeza no quería causar lesiones"

M.O
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En la segunda jornada del juicio, la Fiscalía mantuvo la petición de 28 de años de cárcel para el acusado de intentar asesinar a sus hermanas en Bienservida

«Con tres hachazos en la cabeza no quería causar lesiones" - Foto: Rubén Serrallé

La Audiencia Provincial celebró ayer por la mañana la segunda y última sesión del juicio contra el vecino de Bienservida que atacó con un hacha a sus dos hermanas en la vía pública, una agresión que la Fiscalía y la acusación popular consideran un intento de asesinato. La defensa del procesado, de iniciales P.M.M., considera que sólo cabe condenarle por dos delitos de lesiones graves. Los magistrados de la Sección Segunda tienen ahora en sus manos la decisión acerca de la tipificación del delito y el alcance de la condena, después de ver las pruebas y escuchar durante dos días los testimonios del procesado, las víctimas, testigos y peritos. En la mañana de ayer, antes del trámite de informes finales de las partes, prestaron declaración los últimos comparecientes. Habló primero un vecino del pueblo que la mañana de la agresión (el 17 de noviembre de 2018) coincidió con el acusado y con sus dos hermanas en una panadería de Bienservida. «Llegaron ellas y él empezó a insultarles, a faltarles; yo le cogí y le dije que las dejara, que ellas no habían venido al pueblo a dar problemas». En el juzgado de instrucción este testigo contó que en la panadería oyó a P.M.M. amenazar de muerte a sus hermanas, aunque ayer dijo no recordar ese punto: «Las insultó, decía que le habían robado; era el cuento del lobo, las amenazaba otras veces, pero nunca hizo nada, quién iba a pensar que ese día sí». A continuación del altercado en la panadería, sobre las 8,390 horas, el acusado se fue a su casa, y esperó allí a sus hermanas porque ellas tenían que pasar por su calle. Fue sobre las 10 horas cuando llegaron a la altura de su casa, y fue cuando ocurrió la agresión. P.M.M. sacó un hacha y las atacó, las golpeó en la cabeza varias veces. La llegada del marido de una de las hermanas puso fin al ataque.

Sobre el estado en el que P.M.M. se encontraba en el momento de la agresión también declararon ayer en el juicio peritos forenses que indicaron que no puede decirse que el agresor actuara «ofuscado». El acusado «no tiene ninguna alteración que le impida conocer la ilicitud de sus actos», dijo uno de los forenses. Explicó también que P.M.M.» lleva rumiando un problema económico y familiar 20 años, y ese día ver en el pueblo a sus hermanas después de tantos años fue para él un tipo de afrenta personal». No hubo «descontrol» en sus actos, dijeron los expertos.

Otra buena parte de la sesión del juicio se la llevó la declaración de los psicólogos y forenses del Instituto de Medicina Legal que hablaron de las lesiones y secuelas de las víctimas. Una sufre trastorno de estrés postraumático, y la otra trastorno depresivo. En un mismo ataque las consecuencias han sido distintas porque «frente a un mismo trauma la reacción no es la misma», dijo la psicóloga, y cada personalidad puede asumir el trauma de una manera.  La importancia de las lesiones y secuelas ayer en el juicio tiene que ver con la compensación que P.M.M. tendrá que pagar. La Fiscalía  pide que indemnice a sus hermanas en 30.130 y 69.617 euros, y pagar al Sescam 13.202 euros.

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