El Albacete ganó un partido espectacular

C. Guzmán
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3
Albacete Balompié
2
Málaga CF
Finalizado
El equipo de Rubén Albés supo adaptarse a las circunstancias cambiantes para completar una gran actuación frente a un Málaga decadente

Juanma García, que salió en la segunda mitad, pelea con un contrario. - Foto: José Miguel Esparcia

El Albacete Balompié completó hoy un extraordinario partido frente a un decadente Málaga en el que bordó por momentos el fútbol para regocijo de sus aficionados, entregados al disfrute de un equipo en el que todavía no se dibujan sus límites.

El encuentro resultó entretenido, pero la distracción de la grada llegó producto de un equipo camaleónico que sabe adaptarse a las circunstancias. Las de ayer fueron en algunos aspectos novedosas, con una secuencia acaso imprevista: comienzo fulgurante con gol incluido, dos errores defensivos que le dieron la vuelta a la tortilla, la expulsión del irresponsable capitán visitante, un arreón en la reanudación que puso las cosas en su sitio frente a un equipo en inferioridad que no siempre es fácil de gestionar y una recta final de control absoluto. Y todo ello a través de un recital de fútbol veloz, vertical y vistoso.

Las cosas se pusieron pronto de cara para los de Rubén Albés. Una indecisión defensiva del Málaga dejó el balón en los pies de Higinio que, lejos de apurar su ventaja hacia la portería, ajustó su disparo desde la frontal del área lejos del alcance de Rubén Yáñez (1-0).

El comienzo fulgurante, con una presión que dejó entrever las fragilidad defensiva malacitana y combinaciones al primer toque, dejó como consecuencia un mano a mano de Maikel Mesa, que rizó el rizo picando la pelota por encima del portero, pero sin tino.

La zaga costasoleña era incapaz de detectar los movimientos devenidos amenazas constantes, confiado a alguna solución por la vía de la individualidad por la calidad de sus jugadores.

Los más optimistas atisbaban la resolución rápida de la papeleta, pero el Málaga, hasta entonces desaparecido, golpeó como solo podía hacerlo. Cristian colgó la pelota al segundo palo donde Lago Júnior cabeceó la pelota fuera del alcance de Bernabé.

El gol y las interrupciones enfriaron al Albacete, aunque no tardó en retomar el mando del partido y fue Higinio, en posición acrobática, el que lo intentó sin demasiada puntería.

Y en esas llegó el 1-2, en un saque de esquina culminado con un cabezazo espléndido de Fran Sol.

En la recta final del primer tiempo los acontecimientos se precipitaron con la expulsión de Luis Muñoz por sus reiteradas protestas al juez de la contienda, lo que volvió a abrir el enésimo escenario. Los visitantes, muy cargados de tarjetas, cerraron su parcela con candado y llegaron a la orilla del descanso para intentar recomponerse. 

Lo mejor estaba por llegar y no tardó mucho en abrirse paso. El Albacete, consciente de que debía cerrar el cerrojo a base de velocidad e intimidación constante, acorraló al Málaga desde el principio. Juanma, que reemplazó a Mesa, y Álvaro Rodríguez, abrieron un surco por la banda derecha, la movilidad de Dubasin era un incordio continuo y Manu Fuster desplegó su magisterio con un recital de pases, cambios de juego y desequilibrio que encontraron los espacios que su equipo necesitaba.

Con el Málaga (algo más parecido a un libro de cromos caros que a un equipo sólido) achicando balones desde el primer minuto, el Albacete interpretó perfectamente el cambio de guion y a los 10 minutos ya había abierto la primera gran brecha en la mal defendida fortaleza, lo que tardó Fuster, a pase del también excepcional Riki, en ejecutar un disparo ajustado al palo (2-2).

Quedaban 35 minutos por delante, aunque la sensación es que los blancos no iban a necesitar apurarlos. De hecho, seis minutos después otra combinación entre Fuster y el omnipresente Lander Olaetxea la culminó a puerta vacía Dubasin para, VAR mediante, certificar la remontada.

El rosario de cambios de Pellicer en busca de alguna solución entre tanto desorden no cambió el escenario, no tanto por la voluntad de sus jugadores cuanto por la convicción del adversario.

La última media hora del Albacete resultó espléndida. Dueño y señor del partido, marcó el ritmo que más la interesaba en cada momento y encadenó un rosario de oportunidades que dejaron raquítica la victoria por la mínima.

Con un Dubasin desatado y un Fuster inteligente y preciso, el equipo de Albés dispuso de no menos de  siete claras oportunidades para haber cerrado el partido, pero la falta de tino, incluido un mano a mano de Escriche (debutante en el Belmonte) en el descuento, sancionó un triunfo por la mínima que los locales también interpretaron bien administrando la posesión del balón hasta el final sin apenas sobresaltos.

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