AFA pide medios para que Primaria anticipe el alzhéimer

Ana Martínez
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La Asociación de Familiares de Alzheimer de Albacete reclama más inversión en investigación sobre una demencia degenerativa que se agravó durante la pandemia

Una de las terapias cognitivas que se realizan en el centro de día de AFA. - Foto: Rubén Serrallé

El alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa devastadora que en la actualidad representa la principal causa de demencia y afecta a unas 800.000 personas en nuestro país. Según los últimos indicadores de incidencia, cada año se diagnostican en España unos 40.000 nuevos casos de Alzheimer, una patología que, de momento, no tiene cura.

Y aunque el alzhéimer afecta de forma mayoritaria a personas mayores de 65 años, desde la Sociedad Española de Neurología (SEN) se advierte de que un nueve por ciento de los diagnósticos se descubren en personas menores a esa edad, algunos de ellos por origen genético, otros atribuibles varios factores de riesgo potencialmente modificables como la diabetes, la hipertensión, la obesidad, el tabaquismo, la inactividad física o la depresión, entre otros, por lo que una reducción de entre un 10 y un 25 % de dichos factores podrían prevenir entre uno y tres millones de casos de Alzheimer en el mundo.

Con estos datos sobre la mesa, la Asociación de Familiares de Alzheimer de Albacete (AFA) reivindica como necesidad imperiosa el desarrollo de planes de prevención en Atención Primaria y que se le dote de los medios necesarios para establecer un pre-diagnóstico y un cribado con el que derivar al paciente a las unidades especializadas. 

Porque a día de hoy, a pesar de los años transcurridos desde el descubrimiento de esta demencia, no existe un diagnóstico precoz con el que poder trabajar para enlentecer el avance de la enfermedad. «El diagnóstico sigue llegando tarde», asegura la presidenta de AFA, Isabel Sánchez Fuenllana, consciente de que en Atención Primaria no existen ni los medios ni la formación para un diagnóstico precoz del paciente. «A veces nos encontramos con un embudo que retrasa todavía más el diagnóstico, mientras la situación cognitiva de la persona se va deteriorando». Por eso considera también imprescindible que las consultas especializadas sean más ágiles en la evaluación, pues es el punto de partida para poner en marcha los procesos no farmacológicos, dado que está comprobado que «cuanto antes se empieza a trabajar la enfermedad más se ralentiza su avance y mejor calidad de vida tiene el afectado».

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