Una colección de tambores une la localidad con México, gracias a Fernando Reina, Cachito, artesano carpintero jubilado, que dedica su tiempo libre a idear nuevos instrumentos con un sello distintivo, ya que no hay dos iguales. La idea le surgió mientras ojeaba algunas fotografías con amigos, en Carnaval y otras fiestas, en los que llevan sombreros mexicanos regalados por otro tobarreño, José Antonio Ochando, cuando viajaba habitualmente, por trabajo, a ese país de Centroamérica. Explica que «siempre me han gustado las imágenes, el colorido, la tradición, la música y la cultura de México, y por eso decidí unir con una colección de tambores de madera nuestra localidad con ese bonito país». En principio ha construido un bombo ligero y dos pequeños y coloridos tambores de madera, con figuras similares a las que se encuentran en los sombreros grandes que suelen utilizar, él y sus amigos, para algunas celebraciones locales, acompañados por unas guitarras «y ganas de disfrutar». En horas muertas y para no aburrirse, Cachito, que lleva una quincena de años jubilado, no deja de dar salida a sus ideas construyendo todo tipo de tambores de madera «únicos porque cada uno es distinto y con mucho menos peso que los de metal, que redoblan igual o mejor». El artesano jubilado no ha dejado de inventar y abrir caminos diferentes en la construcción de tambores, desde que en 1983 presentara las primeras cajas y tornos de metacrilato y un año después construyera 12 tambores con cajas y aros transparentes. Después vendrían sus cajas de espejo de diversos colores y, en 2008, animado por su amigo Antonio Jiménez El Batanero, se inició en la fabricación de tambores de madera.