Probablemente no se pueda leer un anuncio así en la sección de ofertas de un portal laboral, pero eso no dignifica que no exista una carencia importante de profesionales en los quirófanos. El presidente del Comité Científico de la Asociación Española de Cirujanos (AEC), Luis Sabater, ve «excelente» el nivel de formación de estos especialistas en España, tanto que se les busca en otros países, y debido a la «fuga de cerebros» y a que las plazas de esta especialidad no cubren todos los territorios hay déficit de ellos en la «práctica totalidad» de hospitales del país.

Este catedrático de Cirugía en la Universidad de Valencia y jefe de Sección de la Unidad de Cirugía Hepato-Bilio-Pancreática del Hospital Clínico de esta ciudad subraya que en los cirujanos «los egos» son «un defecto» y un «enemigo radical» porque, asegura, «nunca pueden olvidar» que el centro de su profesión es «beneficiar a una persona que está pidiendo ayuda» y que durante una intervención «lideran un equipo».

«La formación MIR en España es muy buena, es de excelencia, no todos los países la tienen», afirma Sabater, que añade que la «fidelización» de los cirujanos españoles pasa por la estabilización de las plazas y por que tengan unas «condiciones laborales dignas» porque, si no, «es difícil evitar que se vayan». Apunta al «excelente» nivel de formación de los cirujanos nacionales, tanto que cuando salen al extranjero para completar algún aspecto formativo «es normal que se les pida que se queden» en aquel país.

Sobre el déficit actual de cirujanos, afirma que se necesitarían «varios cientos más», aunque para conocer la cifra exacta la Asociación Española de Cirujanos está solicitando información a las comunidades autónomas para poder presentarla al Ministerio, que a su juicio es quien debería coordinar esa falta de personal.

Sabater precisa que el problema del déficit no solo afecta a los cirujanos, sino que lo «engloba todo», ya que también falta personal de enfermería, anestesistas o celadores, y a pesar de eso, añade, muchos hospitales «están operando continuamente mañana y tarde» para reducir las listas de espera.

Cualidades 

Prudencia, paciencia, valentía, templanza, calma, tranquilidad, buen juicio, buena preparación psicológica y física (porque el quirófano es largo y muy exigente), tenacidad, persistencia o resiliencia son, a juicio de Luis Sabater, algunas de las «condiciones esenciales» que debe reunir un profesional del quirófano.

«Los egos, y en muchos cirujanos se ven los egos, son un enemigo radical del buen cirujano, un absoluto defecto, no es ninguna virtud». Es «nefasto», asevera Sabater, quien añade que el cirujano «lidera un equipo, nunca puede estar solo». «Toda tu preparación y todo lo que estás haciendo es porque hay una persona que te está pidiendo ayuda, se ha metido en un bosque cerrado y lo tienes que sacar de él, con tecnología o como quieras», subraya.

Robótica 

Aunque los hospitales españoles están bien dotados desde el punto de vista tecnológico y en todas las comunidades hay planes para implementar la cirugía robótica, «en un futuro no muy lejano» esta tecnología estará «en todos los centros hospitalarios». Sabater, que forma parte de la Comisión Técnica de Cirugía Robótica constituida por la Consejería de Sanidad para garantizar el acceso equitativo de los pacientes a esta prestación asistencial, explica que tiene la sensación de que con esta tecnología sucederá lo mismo que ocurrió con la laparoscópica en los años 90.

«Primero fue en intervenciones más restringidas y, con el tiempo, se ha visto que facilita tanto las cosas y es tan buena para los pacientes que se ha impuesto. Con el robot será lo mismo, acortará los tiempos quirúrgicos y mejorará la estancia y será una ayuda indispensable», subraya para añadir que espera que no sustituya al cirujano humano, para el que esta tecnología será un instrumento que mejore sus condiciones.

Lamenta que no estén reconocidas algunas subespecialidades quirúrgicas y explica que mientras en hospitales más pequeños se precisan cirujanos más polivalentes que puedan abordar intervenciones no complejas, en los de primer nivel se requieren estas subsespecialidades para realizar operaciones con el «máximo nivel de complejidad».

«Una de las claves del éxito de las intervenciones complejas es el volumen y el centro donde se realizan», explica Sabater, para añadir que cuando un hospital quiere abrir una unidad desde la Asociación se ha establecido una acreditación para unificar los requisitos mínimos que deben cumplir.